Emma García vive uno de los momentos más plenos de su vida. A sus 52 años, la presentadora de Fiesta ha demostrado que es posible brillar en televisión sin perder la autenticidad ni descuidar lo más importante: su familia. Aunque lleva más de dos décadas siendo una de las caras más reconocibles de Mediaset, detrás de los focos se encuentra una mujer serena, de valores firmes y profundamente entregada a los suyos. En una reciente entrevista concedida a Vanitatis, Emma ha hablado como pocas veces lo hace sobre su faceta más íntima, y especialmente sobre la relación tan cercana y sincera que mantiene con su hija Uxue, quien, lejos de seguir sus pasos mediáticos, prefiere mantenerse en un discreto segundo plano.
Emma García habla de su hija

La presentadora, natural de San Sebastián, ha construido una carrera sólida gracias a su profesionalidad y carisma. Desde sus comienzos en A tu lado hasta su actual papel al frente de Fiesta, ha sabido ganarse el cariño del público con su empatía y cercanía. Sin embargo, Emma insiste en que su éxito profesional no ha alterado lo esencial. “Mi hija está acostumbrada al trabajo que tengo y no le da mucha importancia. Ella está en sus cosas”, confiesa con una sonrisa que deja entrever la tranquilidad de quien ha sabido equilibrar su faceta televisiva con la maternidad. En su casa, asegura, la televisión “no lo es todo”. Y esa frase, tan simple como reveladora, define la filosofía de vida que siempre ha guiado a la periodista.
Ser madre y presentadora a la vez nunca ha sido tarea fácil. Emma García ha tenido que aprender a dividirse entre los platós y su hogar, pero lo ha hecho sin renunciar a lo que más valora: compartir tiempo de calidad con su hija. “Nunca me he perdido ni una comida ni una cena con mi hija”, afirma con orgullo, recordando los años en los que salía de un programa en directo para llegar a tiempo a casa y disfrutar de la rutina familiar. Esos gestos cotidianos, tan normales y al mismo tiempo tan significativos, han marcado la relación entre ambas.
A lo largo del tiempo, Uxue ha crecido viendo a una madre trabajadora, constante y entregada, una mujer que nunca ha permitido que la popularidad la aparte de lo esencial. Hoy, su hija ya es mayor de edad y estudia fuera, un cambio que ha supuesto una nueva etapa en la vida de la presentadora. “Ahora tengo mucho más tiempo”, reconoce divertida, aunque sus palabras dejan entrever cierta nostalgia. Después de años de dedicación plena, aprender a convivir con la distancia ha sido un desafío. Aun así, Emma lo afronta con la serenidad de quien sabe que los hijos deben volar, y con la satisfacción de haberle dado a la suya las herramientas necesarias para hacerlo. “Nos parecemos mucho en el carácter. Es una aventurera, independiente y con pronto”, asegura, dibujando un retrato que bien podría describirla a ella misma. Madre e hija comparten la misma energía, esa mezcla de fuerza y sensibilidad que define a las mujeres que saben lo que quieren y no temen luchar por ello.
Esto es lo que más valora Emma García de su hija

Esta independencia que tanto admira Emma de su hija es, en parte, el reflejo de su propio ejemplo. La presentadora nunca ha ocultado que la maternidad cambió su forma de ver la vida, pero también reconoce que nunca quiso imponer su camino. Lejos de educar desde la rigidez, ha preferido acompañar desde el respeto y la confianza. “He aprendido a dejar espacio y a escuchar más”, confesó en otra ocasión. Su hija ha crecido viendo a una madre que trabaja sin descanso, pero que también ríe, se emociona y disfruta. Y ese equilibrio, tan difícil de alcanzar, es lo que ha convertido su relación en algo tan especial.
La periodista donostiarra, que lleva más de treinta años en los medios, se ha ganado el cariño del público no solo por su profesionalidad, sino también por su autenticidad. En un mundo tan expuesto como el televisivo, ha logrado mantener su vida privada a salvo de los titulares. Uxue, de quien apenas se conocen detalles, ha sido siempre su prioridad. Desde que nació, Emma decidió protegerla del ruido mediático, evitando que su imagen trascendiera más allá de lo necesario. Por eso, cada vez que habla de ella, lo hace desde el amor y el orgullo, pero también con un instinto protector que revela la madre más íntima que hay detrás de la presentadora.
En la entrevista, Emma García se muestra especialmente agradecida por la etapa que vive. Profesionalmente, se encuentra consolidada al frente de Fiesta, un formato que le ha permitido conectar con el público de una manera más cercana y emocional. Pero más allá de los datos de audiencia o los éxitos laborales, lo que realmente la llena es ver que su hija crece feliz. “Lo importante es que sea libre, que tenga criterio y que se quiera mucho”, comentaba hace un tiempo sobre la educación que ha intentado transmitirle. Palabras sencillas que resumen su filosofía vital. Los que conocen a Emma aseguran que su vida cotidiana poco tiene que ver con el brillo del plató. Le gusta la tranquilidad, los planes en familia y los paseos por la naturaleza. Su círculo más cercano destaca su sencillez y su sentido del humor, dos cualidades que también ha heredado su hija. Aunque reconoce que echa de menos los días en los que Uxue estaba siempre en casa, la presentadora vive esta nueva etapa con ilusión. “Ahora hablo más conmigo misma, tengo más ratos de silencio y también de reflexión”, confesaba. Esa calma interior es la que le permite afrontar con madurez los cambios que llegan, sin perder la alegría ni la pasión por su trabajo.
La trayectoria de Emma García

A lo largo de su trayectoria, Emma García ha entrevistado a cientos de personajes, ha vivido momentos difíciles en directo y ha tenido que mantener la serenidad incluso cuando las emociones eran intensas. Sin embargo, nada la emociona tanto como hablar de su hija. Su rostro se ilumina cuando pronuncia su nombre. En cada palabra se percibe la ternura de una madre orgullosa, consciente del camino recorrido y de lo que aún queda por vivir. “Me gusta verla crecer, equivocarse, aprender, descubrir lo que le gusta… eso es lo bonito de la vida”, ha dicho en más de una ocasión.
Lejos del ruido mediático y las luces del plató, Emma García disfruta de una vida equilibrada y llena de sentido. Con los años ha aprendido que el éxito no está solo en la televisión, sino en esos momentos compartidos, en las cenas improvisadas, en las conversaciones con su hija y en la paz de saber que ha hecho las cosas bien. Una madre orgullosa, una mujer fuerte y una profesional admirada: así es Emma, alguien que ha sabido encontrar la felicidad en lo cotidiano, sin dejar de soñar ni de agradecer lo que tiene.

 
                         
                        
 
                        


 
                        




 
                        

 
                        
 
                        


 
                        
 
                         
                        


 
                        
 
                        


 
                        




 
                        
 
                        
 
                        
 
                        

 
                        
 
                        
 
                        

 
                        



 
                        


 
                        

 
                        

 
                        




 
 



