¿Te has preguntado alguna vez a qué temperatura se congelan la gasolina y el diésel? Hoy vamos a darle respuesta a esa pregunta y así descubrirás secretos cruciales para el rendimiento de tu vehículo! En este post, desentrañaremos el misterio detrás de uno de los elementos vitales para tu motor: la temperatura a la que la gasolina y el diésel se transforman en hielo.
Explora con nosotros la temperatura a la que se congelan los combustibles de coches

Con información detallada y consejos prácticos, te invitamos a explorar cómo estos combustibles esenciales reaccionan ante las bajas temperaturas y cómo puedes garantizar un rendimiento óptimo de tu vehículo en cualquier clima. ¡Prepárate para sumergirte en el conocimiento que marcará la diferencia en tu experiencia de conducción!
En medio de una ola de frío que ha envuelto a gran parte de España, las temperaturas más bajas del invierno están haciendo que los conductores se planteen interrogantes sobre el impacto en sus vehículos. Especialmente aquellos coches estacionados en la calle, se ven expuestos a las inclemencias del tiempo, y surge una pregunta crucial: ¿puede el combustible congelarse debido a las bajas temperaturas? O ¿puede que se me congele el motor?
La temperatura depende de si es gasolina o diésel

Si conduces un vehículo de gasolina, puedes respirar tranquilo, ya que este tipo de combustible no presenta riesgos significativos de congelación en condiciones normales de invierno. Sin embargo, la situación cambia para los propietarios de coches diésel, quienes deben prestar especial atención a las temperaturas extremas que descienden hasta -10º C. Ahora, adentrémonos en los detalles para comprender mejor cómo enfrentar este desafío invernal.
Para los amantes de los motores diésel, es esencial conocer que el punto de congelación del diésel es más alto que el de la gasolina. Aunque no se solidifica a temperaturas típicas de invierno, el diésel puede volverse más espeso, afectando su fluidez y, por ende, el rendimiento del motor. Esto puede traducirse en dificultades para arrancar el vehículo o incluso en daños al sistema de inyección de combustible.
Para el caso del diésel hay que tomar medidas

Para evitar estos inconvenientes, los conductores de coches diésel deben considerar medidas preventivas cuando las temperaturas descienden drásticamente. Utilizar aditivos anticongelantes específicos para diésel es una opción inteligente. Estos aditivos no solo reducen el punto de congelación del combustible, sino que también mejoran la lubricación y la eficiencia del sistema de combustión.
Aunque los motores de gasolina no enfrentan mayores riesgos de congelación, los conductores de coches diésel deben ser proactivos para garantizar un rendimiento óptimo de sus vehículos en condiciones invernales extremas. Tomando las precauciones adecuadas, podrás enfrentar el frío con confianza y asegurarte de que tu vehículo esté listo para afrontar las temperaturas más bajas de esta temporada invernal en España. ¡Sigue leyendo para descubrir más consejos y detalles que harán que tu experiencia de conducción sea impecable incluso en los días más gélidos!
Parece que la gasolina soporta mejor el frío

La gasolina, ese líquido vital para muchos motores, sorprende con un punto de congelación que parece sacado de un escenario de ciencia ficción: ¡-107 grados centígrados! Una cifra tan asombrosa que nunca ha sido alcanzada en la historia registrada del planeta.
Para ponerlo en perspectiva, la temperatura más baja que ha quedado grabada en las páginas del tiempo fue de -89,2º C, documentada en la gélida Antártida en 1983. Incluso en España, donde hemos enfrentado inviernos intensos, el récord se mantiene en -35,8º C, registrado en Vega de Liordes (León) en enero de 2021, durante una ola de frío.
¿La gasolina se puede congelar en mi coche?

Ante este contexto, surge la pregunta: ¿es posible que las temperaturas extremadamente bajas que estamos experimentando puedan solidificar la gasolina que resguarda el depósito de nuestros vehículos? La respuesta, en términos sencillos, es un rotundo no. Las condiciones actuales, por más frías que sean, están muy lejos de alcanzar los -107 grados centígrados necesarios para congelar la gasolina.
Es este hecho, respaldado por la realidad de las temperaturas registradas en la Tierra, lo que tranquiliza a los conductores. Las bajas temperaturas invernales en nuestras comunidades no representan una amenaza para la gasolina almacenada en los depósitos de los coches. Así que, mientras nos enfrentamos al crudo invierno, podemos tener la certeza de que nuestros motores de gasolina permanecerán inquebrantables ante las gélidas embestidas de la temporada.
Ahora, vayamos con el diésel

Adentrémonos en el intrigante mundo del diésel, un combustible que revela su vulnerabilidad a temperaturas extremas. A diferencia de la gasolina, el diésel tiene un punto de congelación más cercano a la realidad invernal que experimentamos. Cuando el termómetro desciende a los 10 grados negativos, el diésel muestra su fragilidad, ya que es posible que comience a congelarse.
Es importante destacar que no estamos hablando de una transformación completa del diésel en un bloque de hielo. Más bien, es uno de sus componentes, las parafinas, las que comienzan a cristalizarse a partir de esa temperatura crítica. Este fenómeno puede generar problemas significativos en el rendimiento del motor, ya que las parafinas solidificadas pueden obstruir el filtro de combustible.
Imagínate este escenario

El invierno ha llegado con fuerza, y las temperaturas han caído a niveles gélidos. Tu vehículo diésel, expuesto al frío, enfrenta el riesgo de que las parafinas en el combustible se cristalicen. Esto puede resultar en la obstrucción del filtro de combustible, impidiendo que el diésel fluya hacia la cámara de combustión de manera adecuada. El resultado final: dificultades para arrancar el motor y, en casos más severos, daños potenciales en el sistema de inyección.
Para evitar este escenario indeseado, los conductores de vehículos diésel deben estar al tanto de las condiciones climáticas extremas y tomar medidas preventivas. El uso de aditivos anticongelantes específicos para diésel es una estrategia inteligente. Estos aditivos están diseñados para reducir el punto de congelación del diésel y prevenir la formación de cristales de parafina, manteniendo el combustible fluido y listo para alimentar eficientemente el motor.
Definitivamente, la gasolina es más resistente

Mientras que la gasolina demuestra ser más resistente a las temperaturas extremas, el diésel revela su vulnerabilidad cuando el mercurio cae por debajo de los 10 grados negativos. La cristalización de las parafinas es el principal desafío, pero con precauciones adecuadas, puedes garantizar que tu vehículo diésel siga funcionando sin contratiempos incluso en los días más fríos del invierno. Sigue leyendo para descubrir más consejos y detalles que te ayudarán a enfrentar las heladas invernales con confianza.
Desde el punto de vista técnico, decir que el diésel se congela no es del todo preciso; más bien, alcanza su punto de obstrucción en frío. Para contrarrestar este fenómeno, las refinerías ajustan ciertos valores en el carburante suministrado a las gasolineras y estaciones de servicio, adaptándolos a las condiciones climáticas de cada estación. Elementos como la presión de vapor y el evaporado experimentan variaciones notables entre el 1 de mayo y el 30 de septiembre, en comparación con los meses restantes del año.
Sabías que hay diésel “de invierno”

Cuando optamos por el diésel «de invierno», el punto de obstrucción fría o de cristalización se sitúa alrededor de los -20º C a -30º C, mientras que el punto de congelación se establece en los -34º C. Estos límites están regulados por la normativa vigente, según lo estipulado en el Real Decreto 61/2006, de 31 de enero.
Ahora bien, si tu depósito de diésel aún contiene carburante «de verano» y te encuentras en medio de una ola de frío con temperaturas inferiores a los -10º C, existe el riesgo de que el líquido se congele. ¿La solución? Al poner en marcha el motor y notar que se para, es posible que el combustible haya alcanzado su punto de obstrucción. Un consejo práctico para superar este problema es añadir un aditivo disponible en las gasolineras o incluso un poco de gasolina al depósito, siempre y cuando no exceda el 10% del total.
Las estaciones de servicio ofrecen soluciones

Las gasolineras ofrecen una solución inteligente para adaptarse a las fluctuaciones de temperatura estacionales, proporcionando carburantes específicos para invierno y verano. ¡Sigue explorando para descubrir más consejos y secretos que te ayudarán a mantener tu vehículo en óptimo rendimiento durante todo el año!