Valle Salvaje, la serie de RTVE que ha cautivado las noches de millones de espectadores, se dispone a realizar un cambio radical. Valle Salvaje modificará su horario de emisión a partir del próximo martes -22 de abril- para dar paso a la noche de los lunes, alterando también la numeración de los capítulos.
Con el triángulo amoroso entre Úrsula, Rafael y Adriana y la venganza silenciosa de Raimunda contra el duque, los personajes actúan como piezas de ajedrez en un juego de estrategias donde el poder y el deseo son las reglas. Cada gesto y cada mirada esconden un arma en cada uno de los personajes lista para ser disparada.
AMOR Y CELOS EN VALLE SALVAJE

La tensión entre Úrsula y Adriana en Valle Salvaje ha pasado de ser un murmullo a un grito. Desde su llegada, Úrsula ha fomentado la discordia no solo por su inquietante intención, sino por la fascinación que genera en Rafael. Los celos de Adriana no son irracionales: hay un pasado que aún no ha salido a la superficie.
En los capítulos 150 y 151, la cena que José Luis organiza va a ser el «terreno» donde se va a producir un giro sorpresivo. Mientras Adriana sigue con recelo cada interacción de su prima con Rafael, Úrsula parece disfrutar del juego. ¿Es solo provocación o hay algo más detrás de esa sonrisa enigmática? Julio, por su parte, parece encantado con la nueva llegada, lo que añade una nueva capa de conflicto a una relación que ya de por sí, es envenenada.
Pero lo más inquietante es lo que Adriana descubre tras analizar la historia de Úrsula. Su presencia en el valle no es casual: Rafael puede ser la clave. Mientras para ello, Isabel intenta mediar, pero las heridas familiares son demasiado profundas y sencillas palabras no las cierran. El valle ha de convertirse en escenario de una batalla donde el amor y el rencor se funden.
Adriana no va a rendirse con ser una mera espectadora. Sus investigaciones llegan a cartas viejas y conversaciones hurtadas que hacen intuir que Úrsula y Rafael pudieron haberse conocido años atrás. Si esto sale a la luz, se quebrará la paz reinante en la hacienda, además de que la unión entre las familias puede verse amenazada. Rafael, atrapado entre dos fuegos, tendrá que decidir si sigue los dictados de su corazón o las conveniencias de su nombre.
Por su parte, Úrsula también sabe jugar sus cartas. Cada palabra suya es meditada, cada mirada es un anzuelo. Hay, sin embargo, un pequeño elemento que puede hacer tambalear el plan de Úrsula: Julio, pese a que lo necesita como peón, comienza a notar que ella no es tan quien dice. Si él une las piezas antes de su hora, el castillo de naipes de Úrsula caerá.
Al mismo tiempo, en las sombras, hay un tercer personaje que también observa. ¿Quién es este tercero que parece conocer todos los secretos de la hacienda? Las pistas apuntan a un antiguo sirviente de la familia, pero su silencio contiene una fecha de caducidad. Cuando decida hablar, el valle se estremece.
HUMILLACIÓN EN UNA GUERRA SILENCIADA

Victoria y José Luis han cruzado un límite en Valle Salvaje al excederse en la humillación hacia Mercedes. Un juego de poderes ha dado paso a una guerra sin cuartel, en la que los insultos se convierten en cuchillos. Mercedes, aunque dolida, no está dispuesta a rendirse. Su añoranza por los viejos capataces no es ingenua; lo es opcional, ella recuerda que tiene aliados en las sombras.
El enfrentamiento de las dos mujeres llega a su clímax con la llegada de nuevos anónimos. ¿Mercedes es la autora o una mano empieza a mover el entramado? José Luis intenta controlar la situación, pero comienza a escapársele de entre los dedos. En Valle Salvaje, la lealtad es un bien escaso y hoy se está esfumando.
Raimunda está atenta. El choque con el duque no es tanto un acto de defensa como una vendetta que va fraguándose desde hace años. Matilde, al percatarse de los planes de Raimunda, se debate entre ayudarla o frenarla. Atanasio, temeroso de los resultados, la súplica que no se deje arrastrar por la ira.
Victoria se cree que tiene la situación controlada, pero Mercedes oculta una carta en la manga. Un documento bajo siete llaves, rubricado por el antiguo propietario de las tierras, puede hacerla recuperar el control que ha perdido. Si lo aplica en el momento adecuado, no solo va a recuperar su control, sino que gastará a Victoria. El caso es que José Luis también es conocedor de esta posibilidad, él no deja que eso suceda, claro que no.
Por otra parte, Raimunda no está sola en esto. Un benefactor enigmático le está aportando información relevante sobre el duque. ¿Quién es y qué obtiene de tal conexión? Las versiones suponen un enemigo objetivo u oculto de José Luis, pero la verdad puede que sea más turbia. Cuando Raimunda descubra que ha sido usada como peón, su venganza tomará un giro inesperado y sorprendente.
En paralelo, Matilde está en una encrucijada. Si decide ayudar a Raimunda, traiciona a Atanasio; si se lanza a intentar detenerla, condena a una mujer que solo está en busca de justicia para ella misma. Su elección no solo va a marcar su porvenir, sino que afectará a todo el valle y de aquí hacia atrás. A veces, el silencio lo es todo. Y a veces, el silencio es el acto de traición más grande que se puede perpetrar.
PELIGROS OCULTOS QUE PENDEN DE UN HILO

La existencia de Leonardo vive al borde de una cuerda bastante floja. Con la siembra ya en curso, Bernardo le advierte que no hay posibilidad de cometer errores, que no hay margen. Pero Julio no va a dejar de insistir en que el esfuerzo tiene que fracasar, y entonces le corresponderá a él sustituirlo. Lo que no puede saber nadie es que en todo instante el Marqués está al tanto de todos y cada uno de los movimientos, y que el único medio que podría sacar a Leonardo de tal discordia podría ser su protección.
Mercedes, en el gesto más inusitado, se presenta una vez más para abogar por el joven capataz ante el José Luis. ¿Se trata de una preocupación sincera o de una estrategia para ganar aliados? La cuestión es que su intervención solo aporta más leña al fuego de un relato en el que nadie es del todo inocente.
Mientras tanto, Alejo tiene que atravesar su propio drama. Isaac Pazos, el editor, quiere cambiar la trama de su novela, amenazándole con que si no cede, irá a arruinar su carrera. Luisa, cuando se entera de su desasosiego, se convierte en su única confidente para tal efecto. Pero en un lugar en el que la palabra puede ser tan peligrosa como la acción, ¿hasta dónde estaba dispuesto a llegar Pazos para imponer su voluntad?
Leonardo no es tan ingenuo como se podría pensar. Es consciente de que Julio puede querer ocupar su puesto, pero también está en posesión de secretos que podrían llevarlo al hundimiento. Si lo decide, la escala de poder existente en el valle puede inclinarse a su favor, a un precio: la traición de Bernardo, la única persona que ha creído en él.