En un manifiesto sobre el poder que puede llegar a tener el valor de emprender de las mujeres en nuestro país, sobre todo en las mujeres que superan la barrera de los 50 años. Lejos de ver en la edad un obstáculo, las fundadoras la reivindican como una ventaja competitiva y un punto de inflexión en el que la madurez, la experiencia y la claridad de la intención se deben considerar como los mejores compañeros para innovar.
LA EDAD COMO VENTAJA DE PROPOSITO Y RESILIENCIA

En el ámbito del emprendimiento, en el que la juventud se identifica con la idea de éxito, las mujeres de más de 50 años van a demostrar que la experiencia es el nuevo impulso de la innovación. Isabel Portero, la fundadora de la nueva empresa Biohope, se refirió entonces a la fundamental importancia de la resiliencia: ese músculo invisible que solo se desarrolla con el paso del tiempo. La resiliencia no es hacer de la resistencia su concepto, sino más bien emprender y volver a concebir también los golpes de la vida.
Cada fracaso aporta un aprendizaje que solo puede cosechar quien ha vivido intensamente.
Eva García, con su característico entusiasmo, subrayó cómo las mujeres de esta edad no vuelven a emprender, sino que aprovechan un conocimiento que los demás todavía están iniciando. Las mujeres de esta generación no buscan rentabilidad, sino sentido, una «motivación trascendental» que tiene que ver con el deseo de que algo nuevo realmente valga la pena y aporte. No se trata de hacer una buena idea, sino de dejar un legado.
ECOSISTEMA EMPRENDEDORES A LA RED COLECTIVA

El diálogo – Portero, García y Benjumea – también puso de manifiesto algo muy importante: emprender no es una caminata en solitario. Es un camino compartido. En el ecosistema español existe una gran desigualdad para las mujeres en los ámbitos de la financiación, la visibilidad, y la oportunidad de liderazgo, las cifras de inversión de capital de riesgo aún marcan una clara brecha de género, las firmas detrás de las cuales hay mujeres reciben peor inversión que las que tienen detrás hombres. Más allá de este dato, las tres fundadoras expresaron la relevancia de las redes y organizaciones que apoyan la innovación femenina.
Las redes como Female Startup Leaders, ENISA o Spain Up Nation están generando un ecosistema más inclusivo, donde la colaboración sustituye a la competencia y el talento no se mide en función de estereotipos. No sólo están financiando ideas, sino generando espacios en los que las mujeres emprendedoras puedan encontrar acompañamiento en su experiencia, hallen mentoras y, sobre todo, se sientan capaces de liderar. María Benjumea, fundadora de Spain Startup, subrayó que «la transformación se da cuando las mujeres dejan de pedir permiso y lideran fluidamente».