Lo vemos a diario en las noticias, por mucho que hagamos el coronavirus sigue campando a sus anchas y el número de contagiados aumenta cada día. Frente a una situación como esta lo único que podemos hacer es extremar las precauciones todavía más, usar siempre la mascarilla, lavarnos las manos asiduamente y mantener tanto los espacios de trabajo como nuestro hogar lo más limpios posible, para que sean entornos covid-free.
Está claro que ahora mismo ningún sitio es 100% seguro, pero hay que intentar que los espacios en los que pasamos más tiempo sean lo más seguros posible. No basta con limpiar superficies que pueden tocar diferentes personas (pomos, interruptores de la luz, etc.), también hay que procurar que el aire de nuestra casa esté lo más higienizado posible y, a medida que se acerca el frío, esto se complica.
Los lugares cerrados aumentan la posibilidad de contagio
Aunque se ha debatido mucho si el Covid-19 se transmite o no por el aire, más vale prevenir que curar. Sabemos que el aire que respiramos puede estar cargado de gérmenes, virus y bacterias. Sin embargo, como en verano pasamos más tiempo con las ventanas abiertas, el índice de contagio es menor. Piensa en la gripe, aunque el virus está activo todo el año, su incidencia durante la época estival es mucho menor.
Precisamente por ello, existe el temor a que con la llegada del frío y el correspondiente cierre de ventanas en las casas estos espacios cerrados se conviertan en un posible foco de infección. Pero que no cunda el pánico, con los consejos que te vamos a dar a continuación puedes mantener el aire de tu casa lo más limpio posible, para que sea seguro para ti y para los tuyos.
