Cada día hay más personas con intolerancia a la lactosa y el problema es que cada vez le meten más cosas a los productos que realmente no deberían estar ahí. Tener una alergia alimenticia hoy en día es bastante difícil, porque en vez de ir a comprar parece que te has vuelto físico y quieres copiar los ingredientes de los productos.
Cuando haces la compra y te acabas de enterar que tienes intolerancia a la lactosa puede ser un poco confuso. Al principio, no sabes qué puedes comer para que no te haga daño, pero no te preocupes, esta intolerancia está afectando a más personas de las que piensas.
No es lo mismo ser intolerante a la lactosa que a la proteína de la vaca. Esto segundo es todavía más complicado.
La idea de este artículo es hacerte un poco más fácil el día a día y que tengas menos quebraderos de cabezas a la hora de comer.
Leche
Parece que es fácil. Si tienes intolerancia a la lactosa dejas de tomar leche y listo, pero OJO tampoco puedes tomar nada que contenga leche, que es la mayor portadora de lactosa que existe, el 5% es lactosa. Y ahí sí que llega el problema, siento comunicarte que casi todo lo que comemos hoy en día lleva leche.
Tomar leche sin lactosa es una buena opción para seguir tomando leche, tiene casi el mismo sabor, un poco más dulce esta última que la habitual. Puedes aprender a hacerte tus propias recetas con esta leche y así no privarte de ningún capricho. Lo único que tienes que hacer es usar la sin lactosa. ¡Puede ser divertido!
Los derivados lácteos pueden ser el queso, los yogures, la mantequilla o la nata y todo lo que esté hecho con ellos. Es como una pequeña red que tienes que ir desenredando. No te preocupes porque en el momento en el que te quede claro qué contiene lactosa el resto es pan comido, siempre que no sea «pan blanco».
Especial atención a las etiquetas confusas
La lactosa puede estar enmascarada con otros nombres como por ejemplo las dichosas E que nos encontramos en las etiquetas E325, E326, E327 que realmente son lactasos. Luego también está el E472b que es Esteres lácticos. En un principio no deben de hacerte daño, pero pueden tener trazas de lactosa y si no lo especifica debes llamar al fabricante y preguntarle.
La lactosa es un azúcar, cuando veas en un producto que pone que contiene azúcares, pero no especifican cuál también tienes que investigarlo o no tomarlo.
Las chucherías contienen lactitol que es un derivado de la lactosa y como tal no puedes comerlo, así que fíjate bien en el contenido de los chicles, caramelos, galletas, helados y comidas light.
En los medicamentos suelen usar la lactosa. Los que de seguro que tienes en tu botiquín son ibuprofeno, ansiolíticos, píldoras anticonceptivas y antiácidos.
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