jueves, 18 diciembre 2025

Jony nos cuenta como es el mundo de las drogas: “No conseguía dormir y me pasaba las mañanas llorando sin saber qué hacer con mi vida”

El testimonio de Jony expone el mundo de las drogas desde adentro: consumo, dinero fácil y vacío emocional. Una historia cruda que revela cómo decisiones cotidianas pueden derivar en adicción, delito y pérdida de rumbo.

Durante años, el relato sobre las drogas ha oscilado entre el sensacionalismo y el silencio. Sin embargo, hay historias que, contadas desde dentro, permiten comprender con mayor profundidad un fenómeno que atraviesa clases sociales, barrios y generaciones. La de Jony es una de ellas.

Su testimonio no busca justificar ni romantizar el consumo de drogas, sino mostrar cómo una sucesión de decisiones, entornos y oportunidades mal entendidas pueden empujar a una persona a una espiral difícil de detener. Una caída lenta, pero constante, que comenzó cuando el dinero aún parecía no ser un problema.

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Del dinero fácil al vacío cotidiano

Del dinero fácil al vacío cotidiano
Fuente Pexels

Jony recuerda que todo empezó casi sin darse cuenta. En su entorno, el gasto excesivo era normal y las drogas formaban parte del paisaje cotidiano. Comer fuera, consumir fuera y vivir sin límites se volvió rutina. La venta de su casa, en plena época de bonanza económica, le dejó 26.000 euros que desaparecieron en apenas cuatro meses, diluidos entre consumo, noches sin dormir y una sensación permanente de huida.

La cocaína fue la sustancia central de esa etapa, aunque él mismo explica que, en el fondo, el tipo de drogas importaba poco cuando la dependencia ya se había instalado. Días enteros sin descanso, mañanas marcadas por la ansiedad y la depresión, y una imagen frente al espejo que solo devolvía rechazo. Con drogas, el dinero se iba rápido, pero el malestar se quedaba.

En ese punto, la vida laboral se volvió insostenible. Ningún empleo resistía el ritmo de consumo y desorden. “No conseguía dormir y me pasaba las mañanas llorando sin saber qué hacer con mi vida”, resume Jony sobre el momento más oscuro de su adicción a las drogas.

Cuando el consumo de drogas se cruza con el delito

Cuando el consumo de drogas se cruza con el delito
Fuente: agencias

Tras tocar fondo, llegó un intento de recomenzar desde abajo. Un trabajo como camarero parecía una oportunidad para salir, pero el vínculo con las drogas seguía presente. Fue entonces cuando aparecieron propuestas que mezclaban necesidad económica y riesgo: transportar personas que actuaban como correos humanos de estupefacientes.

Jony asumió el rol de conductor. No entraba en detalles técnicos, pero describe una dinámica marcada por la tensión constante, el miedo a los controles y la normalización del peligro. Las drogas ya no solo estaban en su cuerpo, sino en cada kilómetro recorrido y en cada decisión improvisada.

La mayoría de quienes aceptaban esos viajes eran personas desesperadas, muchas sin hogar, empujadas por la promesa de dinero rápido. Jony admite que llegó a empatizar con ellos, en un mundo donde las drogas terminan creando vínculos tan frágiles como intensos. Sin embargo, los errores eran frecuentes y las consecuencias, inmediatas: detenciones, pérdidas económicas y persecuciones policiales.

Con el tiempo, la experiencia le dejó una certeza incómoda. El circuito de las drogas no responde a grandes organizaciones invisibles, sino muchas veces a redes informales de barrio, donde cada eslabón cree tener el control hasta que todo se rompe. Cuando eso ocurre, nadie se hace cargo.

Hoy, Jony mira hacia atrás con distancia y crudeza. Entiende que las drogas no solo consumen dinero o salud, sino identidad y proyecto de vida. Su historia funciona como advertencia y como espejo de una realidad que sigue vigente.


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