Anabel Pantoja ha regresado a Canarias con una confesión que no ha pasado desapercibida y que ha querido compartir con sus seguidores tras unos días que, según admite, se le han hecho cuesta arriba. Después del luminoso puente de la Constitución que disfrutó junto a David Rodríguez y la pequeña Alma en Ámsterdam, el aterrizaje emocional y físico en Gran Canaria no ha sido tan amable como esperaba. La influencer vive un momento dulce, tanto en lo profesional como en lo personal, pero aun así reconoce que esta semana se le ha complicado más de lo habitual y que está afrontando una realidad menos glamurosa de la que suele mostrar en redes.
3La versión mas honesta de Anabel Pantoja
La creadora de contenido ha querido mostrar así una versión más realista y menos idealizada de su vida, una mirada que contrasta con las imágenes de viajes, alfombras rojas y proyectos televisivos que suelen ocupar su perfil. En este caso, ha preferido abrir la cámara para enseñar la trastienda: la fiebre inesperada, el cansancio acumulado, la casa que se queda vacía cuando su pareja se marcha y la sensación de estar enfrentándose al día a día en solitario. Una realidad que muchas personas, especialmente madres primerizas, han agradecido ver reflejada en su mensaje.
Pese a todo, Anabel mantiene intacto su sentido del humor y su capacidad de relativizar. Entre risas, confesó que estaba deseando que pasara la jornada y, casi de forma metafórica, añadió que “a ver si pasa ya el 2025 y llega el 2026”, una frase exagerada pero que refleja mejor que ninguna su estado anímico de estos días. Su sinceridad ha sido recibida con cariño por parte de su comunidad, que no ha dudado en enviarle mensajes de apoyo, comprensión y empatía.
Así, entre tormentas meteorológicas y emocionales, fiebre pasajera, cansancio y maternidad a tiempo completo, Anabel Pantoja ha querido recordar que no siempre todo es perfecto, incluso cuando las redes sociales pintan un mundo mucho más amable. Con esta confesión, la influencer ha mostrado una vez más su capacidad para conectar con quienes la siguen, haciendo de la vulnerabilidad un punto de encuentro y poniendo voz a tantas mujeres que, como ella, se levantan cada día intentando llegar a todo y sobreviviendo a las semanas que se tuercen más de lo previsto.








