Raquel Bollo atraviesa uno de los momentos más dulces y emocionantes de su vida. La colaboradora de televisión, de 50 años, no puede ocultar la felicidad que le rodea tras el anuncio de su próxima boda con Mariano Jorge Gutiérrez, el hombre que ha devuelto la ilusión a su corazón. Apenas unos días después de revelar públicamente el compromiso, Raquel ha vivido otra sorpresa que la ha dejado completamente emocionada: una fiesta organizada por sus familiares y amigos para celebrar su medio siglo de vida. Todo ocurrió en Sevilla, donde la diseñadora fue agasajada por sus seres queridos con una celebración que no esperaba en absoluto.
2La entrevista más sincera de Raquel Bollo
La emoción fue aumentando conforme avanzaba la entrevista. Raquel Bollo se abrió en canal y habló desde el corazón sobre el significado que tiene para ella esta nueva etapa. “Yo he trabajado contigo muchos años y sabes que la vida para mí no ha sido fácil. Sé que hay muchas mujeres que la han tenido peor, pero yo estoy aquí viva. Yo tenía esa ilusión, yo soy mucho de creer en el amor, con nuestras idas y venidas también. Al final que llegue este momento…”, expresaba visiblemente conmovida, refiriéndose a su próxima boda con Mariano. Sus palabras reflejaban no solo la alegría del presente, sino también el esfuerzo que ha requerido llegar hasta aquí tras años de trabajo y superación personal.
El momento más conmovedor de la tarde llegó cuando la colaboradora recordó la reacción de sus padres al comunicarles la noticia del enlace. “Mi padre cuando se lo dije, y mi madre también con mucha ilusión, me dijeron que les hacía mucha ilusión que antes de irse de esta vida me vean casarme. Hemos sido una familia muy tradicional”, relataba entre lágrimas. La imagen de Raquel quebrándose en directo fue una de las más emotivas del programa, y dejó ver la enorme carga sentimental que tiene esta boda para ella y los suyos.
Poco después, ya más serena, la televisiva quiso explicar por qué este matrimonio tiene un significado tan profundo para ella. “Por mí, principalmente, por ellos y sobre todo por mi pareja, porque él no se ha casado nunca. Tenemos mucha ilusión. Para mí no es la primera, pero es como si fuera la primera”, confesaba con una sonrisa. Estas palabras reflejaban que, a pesar de sus experiencias pasadas, Raquel afronta este paso con la ilusión intacta, como si la vida le hubiera dado una segunda oportunidad para volver a creer en el amor y disfrutarlo plenamente.








