El PSOE cambiará de estrategia mediática tras la perfomance de Sánchez

El ‘resucitado’ Pedro Sánchez tiene visos de reformular su estrategia mediática tras cerrar ayer una perfomance que ha servido para denunciar los excesos que sufre el centro-izquierda desde que hace 7 años retornó al poder.

En 2018 Sánchez decía que manipular los medios de comunicación públicos era un acto de «corrupción», pero pronto lo olvidó con la excusa del asimétrico ecosistema mediático español (tan orillado hacia la derecha).

Su interés en la Corporación pública ha tenido más que ver con el reparto arbitrario de contratos entre productoras afines (tal y como José Luis Rodríguez Zapatero con Mediapro y otros fundadores de La Sexta) que con la manipulación de los ‘Telediarios’, que han mantenido un tono más que correcto en los últimos 7 años.

Otra de las obsesiones del presidente del Gobierno ha sido atornillar su relación con el Grupo Prisa, que ha vuelto a la senda socialista tras varios años de camino por el desierto en el que Juan Luis Cebrián hurtó a media España de la afinidad ideológica de El País y la Cadena SER, convertidos al ‘sorayismo’.

Joseph Oughourlian fue clave en la toma del control del multimedia presidido por Jesús de Polanco y el desaparecido Miguel Barroso ejerció como interlocutor entre La Moncloa y la compañía, incapaz de alcanzar beneficios porque su deuda se ‘zampa’ los ebitdas positivos de los últimos tiempos.

SÁNCHEZ, POCO PROCLIVE AL INTERVENCIONISMO

Algunos digitales tachan a Sánchez de excederse con el intervencionismo en materia mediática, pero en 7 años no ha retornado la publicidad a RTVE (lo que supondría una cornada para el duopolio), no ha repartido licencias de canales de televisión, no ha desencallado la radio digital (España sigue siendo un islote analógico en un mar digital europeo) y, en los últimos tiempos, Competencia ha dejado de multar a las televisiones por excesos publicitarios o por la emisión de contenidos inadecuados.

A cambio, el PSOE en el Gobierno ha llevado el gasto de publicidad institucional hasta máximos históricos.

CAMPAÑA INMISERICORDE

Desde 2018, Sánchez ha sufrido una salvaje campaña deshumanizadora por parte de algunos medios madrileños que disfrutan de una «burbuja mediática» al calor de las instituciones locales o regionales ‘populares’, tal y como denunció Pere Rusiñol en la revista Tintalibre.

Sánchez
Pedro Sánchez.

En 2018 le dispararon por «ocupa», tuvo que ganar 5 elecciones en 2019 para atenuar el ruido; en 2020 dijeron que iba a llevar el país a la ruina por meter en el Gobierno a miembros de Unidas Podemos (que alentaron avances sociales que se han combinado con unos positivos resultados macroeconómicos); y en 2024 repiten la serenata que dice que España se va a romper, en este caso por la amnistía.

CAMBIO DE ESTRATEGIA Y CRISIS DE RTVE

El PSOE previsiblemente cambiará su estrategia mediática de cara al futuro tras 7 años en los que se han enfrentado abiertamente a Atresmedia a cuenta del papel de los ayer ecuánimes Vicente Vallés y Carlos Alsina, a los que el ‘sanchismo’ le ha sacado lo peor que llevan dentro.

No pinta nada en esta batalla Pablo Motos, por mucho que se lo diga Juan del Val, y tampoco Mediaset España, una vez que Ana Rosa Quintana anda centrada en el corazón y los sucesos tras cambiar la mañana por la tarde.

Es una incógnita el futuro inmediato de RTVE, cuya presidenta Concepción Cascajosa aseguró en su estreno en la Comisión de seguimiento a la Corporación pública que «la mejor garantía de nuestra neutralidad está en que confiemos en los profesionales».

La nueva presidenta interina dice que «generar debate, promover ideas, potenciar la cultura y la diversidad de nuestro país son obligaciones de la televisión pública y ese es el papel que defiendo como presidenta y que cumplimos todos los días».

Cascajosa lanzó varias promesas: «Apostamos por ser relevantes y mantener la confianza de los ciudadanos, por ofrecer unos buenos programas informativos, por consolidar una estructura de programación sólida, variada y diversa con programas de entretenimiento de toda índole, series de ficción y buen cine».

«Estamos convencidos de que RTVE, desde sus características de servicio público y sin perder su identidad, ha de ser capaz de competir en el panorama audiovisual español como lo hacen el resto de televisiones públicas europeas», explicó.

Sea como fuere, Sánchez lanzó ayer un órdago mediático sin atreverse siquiera a deslizar qué medidas concretas va a tomar desde La Moncloa.