El ‘cerrojazo’ del Gobierno y los precios castigan a Endesa y al resto de gestoras nucleares

A las grandes eléctricas, en su faceta de gestoras de las centrales nucleares, les llueven los golpes por todas partes. Ellas tienen que pagar el proceso de cierre del parque nuclear español, decretado por el Gobierno en choque frontal con el criterio europeo, que ha consagrado esta energía como crucial para la descarbonización; y por si eso fuera poco, el ínfimo precio de la luz merma aún más la rentabilidad de este segmento energético. Una montaña de problemas coronada por una fiscalidad devastadora.

El equipo de análisis de Bloomberg Intelligence subraya la «exposición» del sector energético español a los efectos del desmantelamiento de las centrales nucleares. El innegociable plan del Ejecutivo para llevar a cabo el cese total de operaciones de los reactores españoles, previsto para 2035, acarrea «un riesgo para el beneficio por acción [EPS, por sus siglas en inglés]» de las compañías, «en medio de un aumento del 30% propuesto al impuesto de desmantelamiento de reactores [la famosa ‘tasa Enresa’] que también puede impulsar la demanda de gas y la volatilidad del mercado».

Esta dura presión sobre los balances de las gestoras nucleares se ve «agravada» por un factor coyuntural: «Los bajos precios de la energía, dados los costos de funcionamiento relativamente elevados de las plantas».

CLAUSURA A COSTA DE LAS CLAUSURADAS

El desmantelamiento de las plantas costará -está costando- un estimado de 20.200 millones de euros. Supervisado por la empresa estatal Enresa, la financiación del proceso recae sobre empresas como Iberdrola y Endesa, a través de tasas unitarias por megavatio hora (MW/h) producido.

El desmantelamiento de las plantas costará un estimado de 20.200 millones de euros

La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha revelado que este tributo, conocido como ‘Tasa Enresa’, será disminuido de los 1.240 millones extra previstos a 933 millones, con lo que el gravamen pasa de los 11,14 euros por megavatio hora (MW/h) iniciales a los 10,36 euros MW/h a partir de julio de 2024. En términos porcentuales, esto significa que la subida del 40% se quedará en un 30%. El Ministerio de Transición Ecológica ya ha sometido la nueva propuesta al trámite de información pública.

El análisis de Bloomberg Intelligence se muestra crítico con esta carga: «La normativa española contrasta con la alemana, que cubre los costes de eliminación de las instalaciones», recuerda. A las nucleares les cierran la tienda y encima tienen que pagar ellas la demolición, lo que abre varias vías de agua en sus cuentas. «El aumento de la carga de los costos nucleares y la reducción de los precios pueden reducir las valoraciones de los activos, lo que produce mayores gastos financieros, así como presión sobre el margen de operación», considera el análisis.

LAS RENOVABLES LIQUIDAN LOS PRECIOS Y LAS NUCLEARES SUFREN

El exceso de generación renovable en los últimos meses, que supera con creces a la demanda, ha volatilizado las tarifas eléctricas, que han llegado al cero en varias ocasiones. En este artículo explicábamos cómo este fenómeno puede provocar la ‘muerte de éxito’ de las energías ‘verdes’, ya que elimina cualquier atisbo de rentabilidad en el negocio de la luz; lo que, por supuesto, también afecta a las nucleares.

«La producción de energía nuclear en España alcanzó un mínimo histórico, ya que el elevado volumen de energía hidroeléctrica y renovable y la débil demanda provocaron fuertes caídas intradiarias en los precios de la electricidad» -desgrana el análisis- «Iberdrola y Endesa, los mayores operadores nucleares de España, pueden optar por reducir la producción en momentos de bajos precios del pool, pero los reguladores pueden intervenir para garantizar la estabilidad de la red, haciendo que estas plantas generen pérdidas».

Las nucleares no pueden con el precio de la luz

«El coste fijo medio de la explotación de una central nuclear en Europa se sitúa en torno a los 20 euros por MW/h, aunque probablemente este precio sea más elevado en España dada la antigüedad de la flota, mientras que los precios diarios de la energía promediaron los 28 euros», expone.

los siete reactores nucleares españoles aportaron al sistema en 2023 un total de 54.275,01 gigavatios hora (GW/h). Esta cifra representa el 20,34% del total de la producción eléctrica neta

En 2023, los siete reactores nucleares españoles aportaron al sistema 54.275,01 gigavatios hora (GW/h). Esta cifra representa el 20,34% del total de la producción eléctrica neta, a pesar de que las centrales nucleares representan entre el 5 y el 6% de la flota total de generación del país.

MÁS GAS PARA COMPENSAR EL ADIÓS ATÓMICO

Los motivos del desmantelamiento de las nucleares españolas se presentan como ecológicos, pero, paradójicamente, el ‘cerrojazo’ atómico podría tener un duro impacto medioambiental. Y es que el cierre de las plantas disparará la demanda de gas.

«Los cierres de los reactores españoles, que proporcionan una potencia estable y libre de emisiones, podrían aumentar la demanda de gas entre 30 y 40 teravatios hora (TW/h) durante el período 2027-35», vaticina Bloomberg Intelligence.

«Aunque es poco probable que la eliminación gradual de la energía nuclear influya en una disminución a largo plazo de la demanda española de gas, podría ampliar la exposición de la energía a los precios de las materias primas y al aumento de los costes de emisión de carbono» -continúa el informe- «Una mayor volatilidad del mercado podría tener una lectura favorable para el rendimiento de las empresas de suministro de agua y el comercio».

Por último, el análisis da un coste aproximado de una eventual reconstrucción de la flota atómica española: «Entre 50.000 y 52.000 millones de euros, según nuestro estudio de las plantas en construcción en otras partes de Europa».

José Sánchez Mendoza
José Sánchez Mendoza
Periodista especializado en economía y mercados energéticos. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense y máster en Periodismo por El Mundo y la Universidad San Pablo CEU, he trabajado en medios como El Mundo y El Economista, entre otros.