La influencia de las empresas tabacaleras sobre los gobiernos y sus políticas sanitarias sigue siendo noticia pues a pesar de los esfuerzos de numerosas entidades y organizaciones es algo que no ha desaparecido a día de hoy. Quienes se sitúan al frente de la gestión de los países no están tomando medidas suficientes para proteger las políticas frente a la industria tabacalera, según exige el artículo 5.3 de un tratado mundial, el Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS (CMCT OMS). España no es una excepción, de hecho el presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), Francisco Pascual, ha pedido recientemente a la ministra de sanidad Mónica García que dé «un paso al frente» para que pueda salir adelante el Plan Integral para la Prevención y Control del Tabaquismo, cuya aprobación «se paralizó de un día para otro sin que se dieran explicaciones al respecto».
‘LOBBY DEL TABACO’
Recientemente un nuevo informe de STOP y del Centro Global para la Buena Gobernanza en el Control del Tabaco (GGTC, por sus siglas en inglés), el Índice Global de Interferencia de la Industria Tabacalera de 2023, ha revelado un empeoramiento de esta tendencia que cada vez va a peor. El análisis de las organizaciones de la sociedad civil muestra un deterioro en las puntuaciones de más de la mitad (43) de los 80 países analizados en el informe de 2021, mientras que 29 mejoraron su puntuación. De hecho, España ha bajado dos puntos desde 2021, aunque lo bueno es que se mantiene a la mitad del ranking con 56 puntos, por detrás de Francia y Noruega y por delante de Suecia o Italia.
El caso es que ningún país fue inmune a la intensificación de los esfuerzos de la industria para influir en la política y en los hacedores de políticas a su favor, «con tácticas que incluyen un cabildeo agresivo para crear aceptación de los productos electrónicos y esfuerzos significativos para ocultar los daños ambientales causados tanto por los cigarrillos como por los productos electrónicos».
La directora de investigación y promoción mundial del Centro Global para la Buena Gobernanza en el Control del Tabaco, Mary Assunta, asegura que «la industria tabacalera es agresiva a la hora de sabotear los esfuerzos de los gobiernos para fortalecer el control del tabaco. Este informe confirma que no hay lugar para la complacencia; la clave para detener la interferencia de la industria está en manos de los gobiernos. Deben hacer uso del artículo 5.3, que los facultará para hacer todo lo posible por detener los 8 millones de muertes evitables relacionadas con el tabaco que se producen cada año».
Ningún país fue inmune a la intensificación de los esfuerzos de la industria para influir en la política y en los hacedores de políticas a su favor.
Entre las tendencias que se están observando por parte de la industria para crear condiciones favorables para nuevos productos adictivos como los cigarrillos electrónicos, los productos de tabaco calentado (HTP, por sus siglas en inglés) y las bolsitas de nicotina, destacan acciones en países como Egipto, Kenia y Uruguay. En este último, por ejemplo, el Ministerio de Salud Pública utilizó información favorable a la industria proporcionada por Philip Morris International (PMI) en lugar de información preparada por sus propios expertos.
En Malasia, la nicotina se retiró de la lista de venenos de la Ley Nacional de Venenos después de que Japan Tobacco International pidiera que se modificara la ley. Mientras que en Italia, los responsables políticos que recibían financiación de las empresas de cigarrillos electrónicos se opusieron a una propuesta de regulación más estricta de estos productos y los HTP. Y, por otra parte, Filipinas aprobó una ley de cigarrillos electrónicos favorable a la industria.
En cuanto a los residuos de cigarrillos electrónicos y las peticiones de que se prohíban los filtros de los cigarrillos como plásticos tóxicos de un solo uso, la industria intensificó sus actividades para ocultar sus daños ambientales. Un ejemplo claro es que al menos en 15 países, incluidos Brasil, Colombia, Costa Rica, Corea, Malasia, Suecia, Suiza y Uruguay, las limpiezas de colillas de cigarrillos realizadas por la industria obtuvieron el respaldo de gobiernos e instituciones públicas.
En Costa Rica, una actividad patrocinada por PMI coincidió con el debate en la Asamblea Legislativa de un proyecto de ley para declarar las colillas de cigarrillos como residuos especiales e imponer la responsabilidad de su eliminación al fabricante o importador. Gobiernos locales o nacionales de 10 países, incluidos Bangladesh, Bosnia y Herzegovina, India, Indonesia, Jamaica, Jordania, Madagascar, Pakistán, Sri Lanka y Zambia, se asociaron con programas de plantación de árboles patrocinados por la industria o los respaldaron.
En opinión de Assunta, «las limosnas de ‘responsabilidad social corporativa’ de la industria para impresionar a los responsables políticos es una miseria en comparación con el costo de los daños que causa, lo que los gobiernos podrían recaudar en ingresos fiscales y las decenas de miles de millones de dólares en beneficios de los que gozan las empresas tabacaleras mundiales. Los gobiernos deben dejar de creerse las manipulaciones de la industria y, en cambio, hacerla responsable».
SITUACIÓN EN ESPAÑA
En nuestro país, el presidente del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT), Francisco Pascual, solicitó esta semana a la nueva ministra de Sanidad, Mónica García, una reunión urgente para tratar la «preocupante situación del tabaquismo en España» y hablar sobre la adopción de medidas que «apuesten, con decisión, por políticas de prevención y control del tabaquismo» en nuestro país.
El presidente del CNPT pidió a la ministra «un paso al frente» con el único fin de «ver el final de esta amenaza para la salud de la población y del planeta». Pascual tildó de «decepcionante» la gestión de los anteriores ministros, Carolina Darias y José Manuel Miñones, por «no haber aprobado el Plan Integral para la Prevención y Control del Tabaquismo (PIT) 2021-2025, un Plan sobre el que existía un consenso unánime entre la comunidad sanitaria y cuya aprobación se paralizó de un día para otro sin que se dieran explicaciones al respecto».
El doctor Pascual y las 43 entidades profesionales sanitarias que integran la CNPT, que incluyen profesionales tanto de atención primaria como hospitalaria, y representantes de pacientes y sociedad civil, ofrecen su colaboración a Mónica García. Lo que piden es «poder implementar las políticas de control de tabaco que, desgraciadamente, no se han puesto en marcha en los últimos años por diferentes motivos y que resulta urgente activar cuanto antes para hacer frente a la primera causa de mortalidad prematura evitable en España: el tabaquismo».
En España fallecen más de 60.000 personas al año a causa del tabaquismo.
En España fallecen más de 60.000 personas al año a causa del tabaquismo y la CNPT recuerda que hay varias evidencias que reflejan el estancamiento de la lucha contra el tabaco en los últimos años. Así, el 71,8 por ciento de los niños menores de 12 años respiran humo ambiental del tabaco tanto en espacios cerrados como abiertos. Además, nuestro país tiene una de las tasas de consumo de tabaco más altas de la Unión Europea y con los precios más bajos de los productos del tabaco, por lo que se asegura que España sea «el estanco de Europa».
Por lo tanto, el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo pide actualizar la normativa de control del tabaco a la realidad «en la que nuevos productos de nicotina, nuevas formas de promoción y nuevos espacios de publicidad, como las redes sociales, hacen más vulnerable a la población joven».
CIGARRILLOS ELECTRÓNICOS
La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ya advirtió en un comunicado el año pasado que «los cigarrillos electrónicos y los productos de tabaco para calentar son adictivos, no son seguros y no sirven como método de reducción del daño. De hecho esta es una falsa solución, al representar una estrategia comercial de la industria tabaquera para incrementar sus ventas dificultando el control del tabaquismo, ya que retiene a los fumadores en el consumo de tabaco e impide que estos hagan intentos serios de abandono. Además, estos productos son una puerta de acceso a los adolescentes en el tabaco».
Para sustentar científicamente su posición desde esta sociedad elaboraron un Documento de posicionamiento ante las estrategias de reducción de daño del tabaco, publicado en su revista científica Open Respiratory Archives. «Debemos decir alto y claro que los e-cigarrillos y el tabaco calentado no son la solución, como explicamos en nuestro documento de posicionamiento basado en la evidencia científica que debe servir a las autoridades políticas y sanitarias para tomar las decisiones de protección de la salud pública y no fomentar el uso de estas nuevas formas de fumar como mal menor», destacó el doctor Carlos Rábade, neumólogo y coordinador del Área de Tabaquismo de Separ.
Por su parte, la Mesa del Tabaco, una agrupación en la que está representado el conjunto del sector del tabaco español, ha hecho las siguientes declaraciones al respecto a MERCA2: «El ámbito de trabajo de la Mesa del Tabaco son los productos del tabaco, incluidos los nuevos productos del tabaco sin combustión, que son fruto de la innovación. Son productos novedosos de potencial riesgo reducido como así han reconocido expertos de salud pública de todo el mundo -como la FDA americana y países como Reino Unido, Nueva Zelanda o Grecia- y pueden jugar un papel importante en la reducción del tabaquismo. Por ello, deben tener una regulación acorde con sus características de potencial menor riesgo».
«Desde el sector exigimos la aplicación estricta y eficaz de la legislación frente a aquellos operadores que infringen la prohibición de venta a menores».
Del mismo modo aseguran que desde el sector están firmemente comprometidos con la protección del menor y rechazan cualquier práctica que vaya en contra de este principio. «Desde el sector exigimos la aplicación estricta y eficaz de la legislación frente a aquellos operadores que infringen la prohibición de venta a menores. Las empresas del sector no fabrican productos destinados a menores, sus productos se dirigen exclusivamente a fumadores adultos. Todos los productos del tabaco se comercializan mayoritariamente a través de la red de estancos, quiénes por su larga trayectoria y sentido de la responsabilidad, son garantes de la protección del menor».
«El diálogo e interacción de nuestro sector, como el de cualquier otro, con las autoridades públicas es muy importante y está prevista en los procedimientos legislativos tanto en la UE como en España. Como parte afectada, creemos que una interacción transparente entre ambas partes es esencial. De hecho, existen áreas donde la colaboración público-privada ha demostrado una particular importancia como es la lucha contra el comercio ilícito de tabaco», concluyen.
PHILIP MORRIS EN ESPAÑA
La Asociación Nofumadores denunció el pasado mes de abril que el presidente de Canarias en aquel momento, es decir, Ángel Víctor Torres, recibiera al director general de Philip Morris para España y Portugal, Enrique Jiménez, tras el anuncio de la multinacional de trasladar parte de su producción de Polonia a la isla de Gran Canaria. Este encuentro supuso, según la asociación, la violación del tratado del Convenio Marco de Control de Tabaco (CMCT), que España ratificó en 2004.
Raquel Fernández Megina, presidenta de Nofumadores dijo en ese momento que era «inaceptable» que un presidente autonómico considerara más importante «reunirse con una industria que mata a sus ciudadanos y que supone un gran gasto sanitario para sus arcas, que respetar un convenio internacional al que España está suscrito».
El CMCT indica que «las interacciones innecesarias de representantes de las administraciones públicas (incluso a nivel autonómico y local) con la industria del tabaco se consideran una violación de su articulo 5.3 del CMCT, el cual compromete a los Estados signatarios a que a la hora de establecer y aplicar sus políticas de salud pública relativas al control del tabaco, los gobiernos y las administraciones públicas actuarán de una manera que proteja dichas políticas contra los intereses comerciales y otros intereses creados de la industria tabacalera». Igualmente, la reunión del Presidente de Canarias con la empresa tabacalera también va en contra de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU (ODS) y, en particular, del Objetivo 3, que aboga por «garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades».
Según comentó la asociación el beneficio económico que la industria tabaquera pueda aportar a las islas no debe anteponerse al gran número de vidas humanas que se cobra anualmente. Su presidenta afirmó que «los 120 nuevos empleos que la tabaquera afirma que va a proporcionar a los canarios representan una ínfima parte de la población canaria».
El director de Comunicación de Philip Morris en España, Juan Páramo, explicó en una entrevista a ‘El Periódico’, publicada el año pasado, que la compañía había hecho «una apuesta sin precedentes y comenzar un proceso de transformación basado en la innovación y la investigación científica, con el que dar respuesta a la demanda que la sociedad venía haciendo desde hacía tiempo: ser capaces de reducir el daño provocado por los cigarrillos».
Tal y como se indica en este artículo desde que se tomó esa decisión Philip Morris ha invertido 9.000 millones de dólares, en estas «nuevas alternativas sin humo». Páramo aclaraba que «todos los sectores económicos están en pleno proceso de transformación y comparten el objetivo de reducir el impacto de sus productos, ya sea en el medio ambiente, en la salud, o bien en la sociedad en general».
En la página web de la compañía ratifican este compromiso: «Nuestro objetivo es ofrecer productos innovadores y de gran calidad a fumadores adultos y reducir el daño que causa el hábito de fumar, todo ello actuando de forma sostenible y con los más altos estándares de integridad. Para alcanzar este último objetivo, estamos apostando fuertemente por el desarrollo de productos sin humo que demuestren ser capaces de reducir el daño en comparación con los cigarillos».
VENTAS DE TABACO
En cuanto a las cifras de negocio, el sector del tabaco se estabilizó en 2022 en relación al año prepandemia (2019), después de dos ejercicios afectado por la caída del turismo y la modificación de hábitos sociales, que llevaron al sector a mínimos históricos en 2020.
En concreto, según los últimos datos del Comisionado para el Mercado de Tabacos, las ventas totales representaron 12.021,9 millones de euros en 2022, un 1,3% más en relación a 2019, si bien hay que tener en cuenta el efecto de la progresión del PVP en este periodo de tiempo.
En comparación con el año anterior, las ventas crecieron un 6,1%, influenciadas por la buena temporada turística. Así se refleja en el aumento del 24% de las ventas en volumen de cigarrillos relacionadas con el consumo de los turistas, que en el caso de las Islas Baleares aumentó más de un 40%.
La recaudación fiscal derivada por los impuestos que gravan a la totalidad de las labores del tabaco (Impuestos Especiales e IVA) se mantuvo estable respecto a 2019 (+0,2%) y creció un 5,5% en comparación con el año 2021, hasta los 9.113,4 millones de euros, en un sector en el que de media el gravamen fiscal supone alrededor del 80% del PVP.
La mejora de los ingresos fiscales se vio favorecida a su vez por la actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en la lucha contra el comercio ilícito, con un auge de las fábricas ilegales de tabaco en España en los últimos años. A lo largo de 2022 se han desmantelado al menos 19 fábricas clandestinas, detectándose en algunos casos redes con más de una instalación y fábricas itinerantes.
Por tipos de labores, la venta de cajetillas de cigarrillos -que representa el 83,8% del mercado en valor- retrocedió un 2,7% en relación al año prepandemia y se situó en 2.182,5 millones de unidades, si bien en comparación con el ejercicio precedente creció un 4%.
Las ventas totales de tabaco representaron 12.021,9 millones de euros en 2022, un 1,3% más en relación a 2019.
La comercialización de cigarros, que supone el 4% de las ventas totales en valor, acumula una caída en volumen del 8,3% en relación a 2019, y del 1,3% sobre el año anterior.
En cuanto al resto de labores, las ventas de tabaco para liar, que equivalen al 9,6% del mercado en valor, suman 1.161,7 millones de euros que, aunque supone un crecimiento del 11,8% respecto a 2019, frente a 2021 esta subida fue del 7,3%; mientras que el mercado de la picadura para pipa, que incluye a los productos de tabaco calentado, pasa de un crecimiento del 92,1% en comparación con el año prepandemia a un 19,8% respecto al ejercicio anterior, si bien sus ventas representan el 2,4% del total.