El fondo británico Zegona, que recientemente ha adquirido el negocio de Vodafone en España por 5.000 millones de euros, ha incluido la «inestabilidad política» en el país y a los sindicatos entre los riesgos para la actividad de la operadora, según un documento remitido por la firma de inversión a la Bolsa de Londres.
Por un lado, la firma dirigida por Eamonn O’Hare –que ha confirmado que estudia reducir plantilla y cerrar las tiendas menos productivas– apunta que «una parte de los empleados de Vodafone España están afiliados a diversos sindicatos y adheridos a convenios colectivos, por lo que (…) estará expuesta al riesgo de huelgas y otras acciones».
En esa línea, abunda en que la adquisición puede afectar negativamente a la relación de Vodafone España con su plantilla, sobre todo, cuando expiren los convencios colectivos vigentes y deban renegociarse.
Zegona considera que el diálogo entre la empresa y la representación laboral podría no llegar a nuevos acuerdos que colmen las expectativas de los sindicatos, lo cual podría derivar, según advierte, en paros, huelgas o acciones similares.
«El convenio colectivo que se aplica a Vodafone España contiene ciertas obligaciones y restricciones que la legislación española impone y que pueden afectar negativamente a su flexibilidad para llevar a cabo ajustes en la plantilla (…) de manera oportuna», añade el documento.
En ese sentido, la firma británica cree que, en caso de que hubiese huelgas, paros o acciones similares, la actividad de Vodafone España se vería «perturbada» y tendría efectos adversos en el negocio, la situación financiera, los resultados de explotación y las perspectivas de la compañía.
«INESTABILIDAD POLÍTICA»
En cuanto a la situación política del país –la investidura de Pedro Sánchez ha sido convocada para el 15 y 16 de noviembre–, el fondo británico considera que la «inestabilidad» e «incertidumbre» a escala «nacional y regional» puede afectar a la «capacidad de España para acceder a a los mercados financieros europeos e internacionales».
A su juicio, eso puede provocar «un aumento de los costes de financiación y afectar a la ejecución de futuros planes de crecimiento, lo que podría afectar al negocio de Vodafone España».
Además, la firma británica ha recalcado que el «éxito» del negocio de Vodafone en España «está estrechamente ligado a la evolución política y económica general» del país.
«Una evolución negativa de la economía española, en particular por las actuales presiones inflacionistas, puede tener un impacto adverso directo en los patrones de gasto de los consumidores minoristas, tanto en términos de producto como de servicios convergentes», ha valorado Zegona.
También ha ahondado en que el negocio de Vodafone en España se ha «beneficiado del aumento del uso de productos de telecomunicaciones» en el país en los últimos años, al tiempo que considera que «su crecimiento y rentabilidad futuros dependen en parte de la demanda de estos servicios en los próximos años».
En este contexto, Zegona pone como ejemplo que una parte de la estrategia de captación y retención de clientes de Vodafone en España se basa en la financiación de teléfonos móviles, por lo que argumenta que si el empeoramiento de las condiciones económicas afecta a la capacidad de los clientes para acceder a esa financiación, o la hace más costosa, estos «pueden no estar dispuestos a financiar la compra de terminales y otros equipos».
Otros de los aspectos que pone sobre la mesa Zegona es que una parte «sustancial» de los ingresos de la operadora en España proviene de pymes y pequeñas oficinas, por lo que si la situación económica empeora, la demanda de sus servicios puede verse mermada.
«Si las condiciones económicas generales empeoraran o los niveles de desempleo aumentaran, podría ser más difícil atraer nuevos abonados y retener a los existentes debido a las restricciones de financiación», ha agregado.