Las relaciones tóxicas son aquellas en las que ambas partes, por diversas razones, se hacen daño mutuamente. Estas relaciones pueden manifestarse en diversos ámbitos, como la pareja, la amistad, el trabajo e incluso la familia. Los signos de una relación tóxica suelen ser sutiles y subjetivos, y esto hace que sea más difícil que las personas involucradas se den cuenta y puedan alejarse antes de que sea demasiado tarde.
Un indicador que nos debe poner en alerta es cuando se empieza a experimentar un malestar general e inexplicable, cambios en el comportamiento (como volverse más retraído o distante), o sentirse confundido sin poder identificar la causa de ese malestar. En estos momentos, es fundamental cuestionarse y reflexionar sobre lo que está ocurriendo en la relación. Sin embargo, reconocer y enfrentar una relación tóxica no es una tarea sencilla, ya que a menudo la sociedad no fomenta la atención a nuestras emociones y experiencias internas. Es importante que las personas se den cuenta de que merecen relaciones saludables y que no están solas en su experiencia.
3CHANTAJE EMOCIONAL

En este tipo de relaciones, una persona puede reaccionar con ira excesiva ante críticas o desacuerdos, y puede mantener su enojo durante un período prolongado de tiempo. Esta es una forma de controlar emocionalmente a la otra persona y chantajearla emocionalmente. La víctima de esta conducta tóxica a menudo vive en constante temor de decir o hacer algo que provoque la ira de su pareja, ya que es impredecible cuándo o por qué la persona con «mal carácter» podría explotar en furia.