¿Qué es una pérgola bioclimática?

Las pérgolas son viejas conocidas en nuestro país, ya que ayudan mucho a que el verano al aire libre sea más llevadero. Ahora, ese concepto ha evolucionado, y gracias a empresas como Industrias Durmi podemos disfrutar de lo que se conoce como pérgola bioclimática.

Este tipo de pérgola aumenta las posibilidades a la hora de usar los espacios exteriores, e incluso hace que podamos cenar o comer al aire libre cuando llueve.

Pérgolas que se adaptan a las condiciones del tiempo

Hasta ahora, las pérgolas eran fijas. Eso significa que no podíamos hacer nada ante los cambios de tiempo. Sin embargo, las pérgolas bioclimáticas tienen la capacidad de regular el ambiente alrededor de ellas.

Están formadas por unas lamas o listones ajustables (y aquí está la principal diferencia con las pérgolas normales) que se abren o se cierran dependiendo de las condiciones ambientales. De hecho, se pueden llegar a cerrar por completo para proteger a las personas que están debajo de ellas.

Ventajas de las pérgolas bioclimáticas

La nueva clase de pérgola tiene varias ventajas sobre la anterior. Por esta razón, en muchos lugares las están empezando a instalar. Cada vez es más habitual verlas en bares y restaurantes, aunque también es un tipo de estructura que se pone mucho en los jardines particulares.

Control climático

Uno de los beneficios que se obtienen cuando se instala una pérgola bioclimática es que podemos controlar el clima que hay en el espacio que queda cubierto por ella.

Moviendo las lamas que hay en la parte superior es posible elegir cuánto sol queremos y si en ese momento necesitamos una temperatura más baja. Asimismo, en los días más frescos, abriendo las lamas, nos servimos del calor natural.

Se aprovechan mejor los espacios exteriores

En una buena parte de nuestro país el clima es un tanto extremo, con inviernos muy fríos y veranos con calor sofocante. Incluso en los climas más suaves, como los del norte, hay problemas porque se puede poner a llover en cualquier momento.

Gracias a estas pérgolas se aprovechan más los espacios exteriores, puesto que es posible estar bajo ellas sin mojarnos con la lluvia, nos protegen del sol abrasador del verano, del viento, etc.

Dan valor a la propiedad

Colocar una de estas pérgolas tiene un coste, pero lo cierto es que se amortiza enseguida. La razón es que aportan valor a la propiedad. Dicho de otro modo, no estamos ante un gasto como tal, sino frente a una inversión que, además, nos da calidad de vida.

De cara a alquilar o vender la vivienda, la pérgola será un valor apreciado por los inquilinos o los posibles compradores, ya que se darán cuenta de que van a poder hacer vida en el exterior.

Se integran en cualquier entorno

Estas pérgolas son personalizables, por lo que se adaptan a cualquier lugar en donde las vayamos a poner. Hay una gran diversidad de materiales, tipos, diseños e incluso colores.

Así, sea cual sea el estilo de la propiedad en la que se va a poner, la pérgola no destacará sobre el resto de los elementos constructivos de ninguna manera.