El Euríbor supera la rentabilidad del bono a cinco años y alcanza máximos desde 2009

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El Euríbor a un año muestra el desequilibrio y confirma la inversión de la curva de tipos de interés, un indicador que adelanta la recesión. El índice más utilizado para el cálculo de los intereses de los préstamos hipotecarios supera por primera vez la rentabilidad del bono a cinco años y alcanza máximos no vistos desde 2009. Es decir, hay que remontarse a la crisis financiera para ver estos niveles tan elevados. El indicador se calcula mediante las transacciones de 16 entidades bancarias, no lo fija el Banco Central Europeo, aunque mantiene la tendencia marcada por el supervisor.

El alza del Euríbor provoca graves problemas a los hipotecados con intereses variables y la banca se enfrenta a un mayor riesgo de impago

El desequilibrio derivado de la agresiva política de tipos de interés está provocando un agujero significativo en los ahorros de familias y empresas endeudadas a tipos variables. Tras comenzar gran parte del año en negativo, el Euríbor se ha disparado hasta superar el 2,82% y superar el 2,81% del bono a cinco años. No ha sido hasta el mes de abril de este mismo año cuando las tasas mensuales comenzaron a virar hacia valores positivos, desde entonces el incremento ha sido exponencial, pasando del 0,013% al 0,287% de mayo.

EL EURÍBOR CONFIRMA LA CURVA DE TIPOS INVERTIDA EN ESPAÑA

Desde ahí, los saltos han sido de casi medio punto en tasa intermensual. En junio se situó en el 0,852%, manteniéndose al alza pero a un menor ritmo durante el verano. Con las subidas de tipos de interés, las mismas que no iban a llegar en este 2022, según aseguró Christine Lagarde, presidenta del BCE, las alzas alcanzaron el 1,249% en agosto y el 2,233% en septiembre, para cerrar octubre en el 2,629%. Ahora, las subidas se moderan, pero siguen presionando los bolsillos de los consumidores y familias que dependen de los préstamos variables.

Las hipotecas. más pendientes que nunca del Euríbor
Las hipotecas. más pendientes que nunca del Euríbor

Tal crecimiento del Euríbor ha provocado que los hogares pidan a la banca hipotecas a tipos de interés fijo. Es decir, pagar lo mismo cada mes, independientemente del nivel en el que se encuentre este indicador. Así, la tendencia en este momento es que las nuevas hipotecas se constituyen por este tipo de interés, y apenas tres de cada diez se establecen en variable. Los tipos fijos se sitúan en este momento en el 3%, por encima del euríbor a un año y en este mes de noviembre. ¿Qué ocurriría si se trata de un escenario coyuntural o pasajero? ¿Y si el euríbor comenzara a bajar a partir del próximo año?

¿Y SI CAYERAN CON FUERZA LOS TIPOS DE INTERÉS Y EL EURIBOR?

El escenario más probable es que la inflación se modere el próximo año, según indican los economistas consultados por INVERSIÓN. Es decir, los bancos centrales ya no tendrían alicientes para continuar con su agresividad y reducirían los tipos de interés para centrarse en la recesión. Una vez controlados los precios, los hipotecados ahora podrían estar pagando de más durante los próximos años, mientras los tipos variables comenzarían a bajar. Al menos, sobre el papel. Y es que, los desequilibrios económicos son de tal magnitud que todo modelo muestra inconsistencia analizando los datos.

Así, la incertidumbre a un año es mayor que a cinco, mientras la renta variable navega entre la corriente de una inflación al alza durante todo el ejercicio 2023 y una posible deflación si los precios comenzaran a caer con fuerza, un hecho improbable en el escenario base, pero no se descarta si la recesión aparece con más fuerza de la estimada en un principio. Las consecuencias serían una bajada fuerte de la demanda, más empresas quebradas, un mayor número de parados y una menor concesión de hipotecas.

Ante esta tesitura, los precios de la vivienda, uno de los motores de España, tendrían que tomar la senda contraria a la actual. Para los hipotecados ahora supondría un doble problema: pagar precios muy similares a los de 2007 y unos intereses fijos más elevados que los variables. El riesgo de impago aumentaría, por otro lado, para la banca.

LA BANCA FORTALECE SU ESCUDO ANTE EL RIESGO DE IMPAGOS

De hecho, las entidades financieras están enseñando sus escudos en las presentaciones de resultados. Las seis entidades financieras más importantes del Ibex 35 -Santander, CaixaBank, BBVA, Banco Sabadell, Bankinter y Unicaja Banco- han reservado más de 51.300 millones de euros en provisiones ante los créditos dudosos.

La banca comenzará a negociar con los clientes en los próximos meses, con la información de la revisión de la cuota hipotecaria. Las alzas de los pagos mensuales se estiman en un 50% respecto a las del pasado año, con el euríbor en negativo. No obstante, las entidades financieras se están prestando a mantener los tipos fijos, una modalidad que ofrece CaixaBank en este momento.

El motivo de la elección es el temor a que los intereses continúen al alza, sin pensar en los plazos ni vencimientos; así como las prisas por comprar ante los disparados precios de las viviendas. Pero este es un escenario que puede cambiar en unos años. Desde 2020 y 2021, la banca ofrecía tipos fijos cercanos al 2%, un nivel que ha desaparecido por completo del catálogo de la financiación. Ahora, el interés mínimo ronda el 3% y quizá sea mayor en los primeros trimestres de 2023. La propia banca apunta a un euríbor del 2,8% para este 2022 y del 3% para el que viene, tal y como apunta el informe de estrategia de Bankinter.

LA BANCA ESPERA UN EURIBOR DEL 3% EN 2023

La mirada de los compradores se centra en Estados Unidos, donde los intereses de los préstamos hipotecarios ha superado el 7%. Este nivel en la Eurozona significaría una recesión larga y profunda, un escenario casi descartado por la mayoría de los economistas. No obstante, el Banco de Inglaterra ha alertado de esta posibilidad.

Si la situación se torciera aún más, el problema no sería ya la inflación sino posiblemente la peor crisis financiera que se recuerde. Y es que, el euríbor registra su máximo histórico en el 5,393%, en julio de 2008. Y no, no por un aluvión de la demanda sino por una desconfianza total entre las propias entidades financieras. Nadie se fiaba de nadie en aquella época y otorgar un préstamo pasaba por abonar elevados intereses. En verano de 2008, los activos tóxicos circularon por el mercado y se mezclaron con productos saneados para camuflarlos y mantener la máxima calificación posible.

Así las cosas, los compradores tendrán que estudiar antes el mercado hipotecario a la hora de elegir una tasa de interés fija o variable, más si la situación de una recesión provocaría una mayor restricción de liquidez debido a los impagos.