Los datos indicados por el Banco de España confirman que los tipos de interés seguirán en una montaña rusa en 2022. También la demanda de préstamos personales y créditos al consumo se mantendrá firme como una roca, con lo que entidades bancarias y financieras privadas presentarán más ofertas que nunca. Incluso si estás en ASNEF, encuentra un listado de préstamos que admiten ASNEF con las últimas novedades sobre qué se está contratando, conseguir las mejores ofertas y solicitarlas de forma responsable.
Cómo comparar dos o más ofertas de préstamos de forma rápida y efectiva
En general, es recomendable comparar al menos tres ofertas de préstamos o créditos al consumo antes de lanzarse con una solicitud. La realidad es que, gracias a internet, ese número puede crecer fácilmente: hay decenas de entidades que ofertan estos productos financieros y compiten entre ellas con agresivas promociones para conseguir nuevos clientes. Su revolución es que se ofrecen por internet, las veinticuatro horas del día, en un proceso que ocupa pocos minutos, frente a los trámites tradicionales.
Dicho esto, ¿por dónde empezar a comparar? Hay muchos factores que pueden influir en el precio de un préstamo, que es uno de los aspectos clave que puede decantar la balanza. El primero de esos factores es el interés del crédito, expresado en dos porcentajes: la TIN (el precio que se paga en intereses) y la TAE (que incluye la TIN, otros costes asociados, comisiones y demás). Ambos son importantes y la entidad debe mostrarlos de forma transparente en el contrato, en las condiciones del préstamo o en la oferta personalizada que remitan al interesado.
Dentro de la TAE se incluyen todos los costes, las famosas comisiones (si las hay) y posible coste de productos vinculados (seguros, tarjetas, etc.) así que es un medio efectivo para comparar préstamos y créditos al consumo.
La importancia del orden
Una vez se tenga claro el importe necesario a solicitar en financiación, la mejor forma de empezar a buscar préstamos no es recurrir a un buscador como Google o Bing, donde los resultados pueden ser abrumadores y ocupar mucho tiempo. La mejor opción no es, tampoco, acudir al banco de toda la vida, donde es cómodo porque ya somos clientes, porque eso puede suponer que estamos en desventaja si desconocemos qué ofrecen otras entidades para asegurarnos de que el trato es el más favorable posible.
Sabiendo que hay muchas entidades financieras que no requieren que el cliente cambie de banco, y a las que se puede recurrir online, se hace más necesario que nunca tomarse unos minutos para comparar entre todo lo que se encuentra en el mercado.
Con la información básica de cada oferta disponible de un vistazo, se puede ahorrar tiempo (y dinero) pasando al siguiente paso, que es llevar a cabo una simulación de los préstamos que de entrada parecen interesantes. Casi todas las entidades disponen de una calculadora o simulador online en su página web que permite ajustar la cantidad deseada y el plazo, y ver así el importe de las cuotas de devolución y las condiciones principales.
Por fortuna, hay alternativas suficientes con características únicas y que respondan a finalidades y situaciones muy distintas y personales: sólo hay que encontrarlas.
