El oro da su lección a Goldman Sachs y al bitcoin

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Comparar el oro con el bitcoin ha sido objeto de análisis de los bancos de inversión de Estados Unidos. Goldman Sachs aseguró en enero que el bitcoin podría reemplazar al oro con el tiempo, mientras JP Morgan llegó a afirmar que el bitcoin tiene una «buena reserva de valor» debido a que no puede destruirse y que sobrevivirá siempre y cuando se mantenga en línea Internet. «Ambos son duraderos», aseguró JP Morgan.

En la misma línea se posicionó Goldman Sachs hace apenas un mes, asegurando que el bitcoin restará valor al oro en los próximos cinco años y que su rentabilidad anualizada será del 17% en ese mismo periodo. De hecho, cuando indicó tal cifra, el valor de todos los bitcoin en circulación alcanzaban los 700.000 millones de dólares, frente a los 627.214 millones actuales, un desplome del 10,3%, y muy lejos de los 1,1 billones de dólares que llegó a tocar en octubre de 2021.

MILES DE INVERSORES ATRAPADOS EN EL BITCOIN

A su juicio, el bitcoin podría ser utilizado como un activo a largo plazo, independientemente de la volatilidad del mercado. Sin embargo, la realidad es más caprichosa en este momento. La caída desde máximos supera el 50% y ha perdido el nivel psicológico de los 30.000 dólares por unidad. Según fuentes del mercado preguntadas por INVERSIÓN, la mayoría de los tenedores de esta criptomoneda que están a largo plazo se debe a que «están atrapados» en la amplia zona de los 35.000 a los 66.000 dólares. Niveles en los que se ha codeado el bitcoin antes de hundirse de nuevo a los 25.000 dólares.

Una parte de los tenedores de bitcoin están atrapados

Asimismo, a diferencia del oro, el bitcoin ha sido objeto de una salvaje especulación, si bien su tecnología ha demostrado ser un seguro a la hora de realizar transacciones financieras y poder proteger la información de las manos de los amigos de lo ajeno.

Las últimas caídas del bitcoin ponen en entredicho todos los pilares de la inversión en criptomonedas. Según las fuentes consultadas, la llegada del «dinero fácil» de los bancos centrales ha obligado a los inversores con menor aversión al riesgo a buscar altas rentabilidades en muy poco tiempo. Estos activos han sido las criptomonedas, que desde 2020 han registrado fuertes subidas debido al parón económico. La subida a máximos para el bitcoin ha sido superior al 750% en apenas dos años, mientras que el oro ha registrado en ese mismo tiempo un fuerte empuje del 50%.

EL ORO Y LA LIQUIDEZ, DOS ACTIVOS REFUGIO FRENTE A LA INFLACIÓN Y RECESIÓN

Pero es en las bajadas cuando se define un activo refugio. En 2022 ha comenzado un criptocrash de alcance importante y más severos de los registrados en años anteriores. Hay quien apunta que esta situación es cíclica en el bitcoin, cada tres años concretamente. Se trataría de un ciclo denominado «criptoinvierno«. Sin embargo, el oro no sólo aguanta niveles importantes en una espiral inflacionista sin precedentes desde hace más de 40 años, sino que mantiene completamente intacta su tendencia alcista. En la crisis de 2008, se llegó a hablar de los 6.000 dólares por onza en el metal preciado, un nivel jamás visto.

oro

No se acercó en ningún momento a esa cota, pero rebasó los 1.800 dólares por onza en la crisis de deuda, tras los rescates de países como Grecia. En la actual situación económica, con tambores de recesión en Estados Unidos, el oro no ha bajado de los 1.722 dólares por onza y ha llegado a sobrepasar los 2.100 dólares en el pico máximo. Para volver a remontar con fuerza, el oro necesita consolidar el nivel clave de los 1.835 dólares por onza, una cota que tiene a tan sólo un 0,5% de subida.

El mercado, sin los bonos como refugio hasta hace unas semanas, está haciendo las maletas para irse a activos tranquilos en épocas de crisis. El tiempo de la especulación sólo corre para los inversores que no temen perder su dinero y para aquellos que albergan aún esperanza en las criptodivisas como condición de sustitutivos del dinero fiat.

LAS PREVISIONES ECONÓMICAS APUNTAN A UNA SITUACIÓN PREOCUPANTE

Y es que, la economía se paraliza por completo a uno y otro lado del Atlántico. Por un lado, los datos macroeconómicos de Estados Unidos muestran una fuerte presión en los precios y por ende a las empresas y consumidores. En China, la situación no es nada halagüeña. Con las restricciones la caída de las ventas minoristas es aún más profunda. Y en Europa, la Comisión Europea ha tumbado las previsiones optimistas de crecimiento en plena invasión de Rusia a Ucrania. Sólo en España arroja un incremento del 4%, un 1,3 puntos menos respecto a la anterior estimación.

Sin más impresora de los bancos centrales ni tampoco más compras de deuda, los consumidores, inversores y empresas tendrán que redirigir y gestionar su liquidez para hacer frente a los gastos corrientes y financiaciones. Una situación que recuerda y mucho a otras crisis, pero esta vez agravada por los altos precios de las materias primas y tensiones en las cadenas de suministro.

EL ORO SE PUEDE FALSIFICAR Y LAS CRIPTOMONEDAS SE PUEDEN USAR PARA ESTAFAS PIRAMIDALES

La liquidez y por el momento el oro serán dos de los activos más codiciados y demandados, frente a unas criptomonedas, como el bitcoin, que no sirven para hacer frente a gastos corrientes ni poder convertirlos como instrumento de deuda.

Para los bancos de inversión, el bitcoin tiene cualidades superiores al oro, como las transacciones verificables y registradas, mientras que el oro «se puede falsificar». No obstante, miles de bitcoins están en el limbo tras haberse perdido el tiempo y otros cientos de millones se han evaporado en las criptoestafas piramidales que han surgido al calor de esta posible burbuja tecnológica. Recientemente se ha evaporado el valor de una de estas criptos, Luna (Terra), mientras Internet se ha mantenido.