El tabaco, aunque legal, no deja de ser una droga que produce una adicción incluso muy superior a otras. La prueba es lo que cuesta dejar de fumar. De hecho, muchos de los que intentan dejarlo, fracasan: o bien son incapaces siquiera unos días de olvidarse del tabaco o bien o dejaron y de repente un día de estrés, ansiedad, preocupación o bien por influencia de la vida social, volvieron a caer y no fue precisamente algo puntual. Al final ese ansia es uno de los mayores obstáculos a la hora de dejar el tabaco o al menos fumar con menos frecuencia y cantidad. Veamos como controlarlo y así, en el caso que no puedan dejar de fumar totalmente, puedan conformarse con fumar un cigarrillo al día o pocos a la semana. Algo es algo.
8CONTROL PROPIO Y MENTALIZACIÓN
Las crisis son difíciles ya que suponen un momento clave. En los momentos en los que vayas a tener una crisis, toma el control y hazte esta pregunta: ‘¿De verdad necesito fumar?’ Recuerda también los motivos que te llevaron a dejar de fumar y verás como la situación se vuelve a normalizar.
Si después de esto sigues en crisis, ve a andar, a correr o habla con tu mejor amigo. La clave está en distraerse y en dejar de pensar en el tabaco. Verás que poco a poco las crisis serán menores y podrás llevarlas mucho mejor. Recuerda que para dejar de fumar hay que tener mucha fuerza de voluntad, así que ármate de valor y adelante.