Soberanía energética frente a Europa y Putin

La crisis energética que asola Europa amenaza con llevarse por delante el estado del bienestar tal y como hoy lo conocemos. La soberanía energética cobra protagonismo ante las incesantes subidas de los precios de la energía, producidas por unas políticas erráticas de la Unión Europea, que la han llevado a plegarse ante la tiranía de Putin, por la excesiva dependencia del gas y el petróleo ruso.

Las voces en contra de la estrategia promovida desde Bruselas en materia de energía exigen cambios drásticos o, en ausencia de ellos, que los estados miembros tengan más capacidad para tomar sus propias decisiones con el fin de frenar la sangría económica derivada de la dependencia energética.

Las draconianas medidas implementadas por la Unión Europea en la lucha contra el cambio climático ha llevado a los Veintesiete a una situación asfixiante, con un mercado de los derechos de CO2 totalmente especulativo y unos países cada vez más dependientes del exterior, especialmente de estados totalitarios o gobernados por tiranos como Vladimir Putin.

El Gobierno habla de soberanía energética para las próximas décadas, mientras familias y empresas necesitan medidas urgentes

España sufre con especial incidencia esta crisis energética, debido a su gran dependencia del gas y el petróleo de otros países. Además, la economía suma los errores políticos de un Gobierno que acostumbra a llegar tarde a la hora de aportar soluciones a los problemas de los ciudadanos y que se ha convertido en esclavo de su propio fanatismo ideológico.

Ahora, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez se limita a culpar de las subidas de precios de la electricidad, de los combustibles, de los alimentos y de las materias primas, a la guerra de Ucrania. Como de costumbre, echa balones fuera intentando evadir la responsabilidad por no haber sabido ayudar al país a salir de crisis sanitaria del Covid-19 al mismo ritmo que hacía el resto de estados de la UE. Porque muchos meses antes de que Rusia invadiera Ucrania, España ya sufría unos precios abusivos y la economía, muy tocada, no acababa de despegar.

MOVILIZACIONES POR LA SOBERANÍA ENERGÉTICA

Causa cuando menos extrañeza que los sindicatos mayoritarios apenas se movilicen ante una situación de extraordinaria gravedad. Ante esta connivencia entre el Gobierno y las grandes organizaciones sindicales (que se bajaron de la huelga del transporte a principios de semana), Vox ha decidido tomar las riendas de las protestas ciudadanas contra una situación insostenible y, junto a su sindicato Solidaridad, ha programado una serie de concentraciones ante todos los ayuntamientos de España pidiendo la dimisión de Pedro Sánchez y la recuperación de la soberanía energética del país.

El líder del partido, Santiago Abascal, ha confirmado que estará presente en la concentración que se llevará a cabo en Madrid, a las puertas del Ayuntamiento en la Plaza de Cibeles.

Vox pone especial énfasis en la suspensión del régimen de comercio de los derechos de CO2, que ha llevado consigo un mercado especulativo sin precedentes, donde cualquiera puede comprar esos derechos y comercializar con ellos.

También exige la reducción del IVA y de los impuestos sobre la electricidad, así como un cambio urgente en el sistema de fijación de los precios. Desde Vox manifiestan no entender por qué el presidente del Gobierno tiene que esperar al día 29 de marzo para bajar alguno de los impuestos que gravan tanto la electricidad como los combustibles, y se pone en duda que vaya a hacerlo en esa fecha.

RIBERA TAMBIÉN HABLA DE SOBERANÍA ENERGÉTICA

El Gobierno, más concretamente la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, también habla de soberanía energética, solo que lo hace muy a futuro, justo cuando es un clamor la necesidad de soluciones inmediatas. Durante la inauguración de la primera planta industrial de hidrógeno renovable de España, en la localidad mallorquina de Lloseta, destacó que «ahora, más que nunca, debemos activar todos los resortes para ganar soberanía energética, y las energías renovables van a tener un papel determinante y, entre ellas, el hidrógeno constituye una apuesta estratégica de país».

«Este proyecto pionero inaugura un desarrollo tecnológico que será muy relevante en los próximos años, para sustituir el gas de origen fósil por gases renovables» explicó Ribera.

El Ejecutivo también busca la tan esperada soberanía energética, pero lo hace con la vista puesta en las próximas décadas, mientras el sector empresarial, las familias y la oposición, se le exigen medidas urgentes para evitar que la crisis tenga consecuencias irreparables.

LA COMUNIDAD VALENCIANA SE MUEVE A FUTURO

El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, afirmó que ante la crisis energética actual, «Europa tiene que frenar esta escalada especulativa». Por el momento, se aprobará en los próximos días un decreto ley para acelerar la soberanía energética. Desde la comunidad valenciana se quiere potenciar la implantación de una estrategia de impulso al aumento de plantas de renovables y al hidrógeno verde, así como impulsar las comunidades energéticas locales.

Puig hizo referencia a que el encarecimiento de los precios de la energía impacta de manera importante en los costes de la Generalitat Valenciana en transporte o energía consumida en centros hospitalarios, colegios o centros públicos, como ocurre en todas las comunidades autónomas del país.

La situación es cada vez más preocupante y afecta a todos los sectores. Si a comienzos de semana eran los transportistas los que se ponían en huelga ahora son los pescadores los que no salen a faenar ya que no les compensa lo que van a ganar con las pérdidas que les produce el alto precio de los combustibles.

María Castañeda
María Castañeda
Redactora de MERCA2 de empresas y economía; especializada en energía, sostenibilidad y turismo.