BASF mantiene su negocio en Rusia, pero no descarta parar plantas

BASF España aún no ha cuantificado el impacto de la invasión de Rusia a Ucrania y ofrece una clara incertidumbre de cara al futuro por los elevados precios energéticos. Por estos motivos, la filial en Iberia del grupo alemán no ha descartado ningún escenario, por negro que este sea. La filial española del grupo alemán, por otro lado, mantiene abiertos sus negocios en Rusia, mientras no descarta paralizar la producción en España por los récords de la luz y el gas.

«BASF se posiciona firmemente en contra de la invasión injustificada de Rusia a un Estado democrático e independiente como es Ucrania», ha asegurado Carles Navarro, director general de BASF España, durante la presentación de resultados. Asimismo, el grupo ha cumplido con las sanciones implementadas por la comunidad internacional desde el pasado 9 de marzo. Además, ha fijado prioritario ayudar a los colaboradores y sus familias en Ucrania, haciendo esfuerzos para asegurar su seguridad y bienestar.

BASF garantizará la producción de alimentos y medicinas a la población civil rusa

No obstante, mantiene otra posición diferente respecto a su negocio en Rusia. «La industria química es una actividad esencial», como se ha visto durante la pandemia, y por «razones humanitarias» continuará cubriendo la demanda de todos los productos que garanticen «la producción de alimentos y medicinas a la población civil rusa«. La firma alemana mantiene así su relación comercial y garantiza el cumplimiento de los contratos vigentes, siempre y cuando no le afecten las sanciones impuestas por la UE y Estados Unidos. Al mismos tiempo, ha sostenido que no abrirá nuevos negocios con el país gobernado por Putin.

BASF NO ABRIRÁ NUEVOS NEGOCIOS EN RUSIA

De esta forma, BASF respeta «los contratos de suministro con clientes» de la zona rusa. Para justificarlo, BASF España asegura que es una situación extraordinaria en la que hay que mostrar «solidaridad» y «firmeza». La química, con una fuerte presencia en Tarragona, ha aclarado que está a favor de la paz, de los derechos humanos y la cooperación internacional. «Haremos lo posible y todo lo que esté en nuestras manos para reestablecer la legalidad vigente antes del conflicto».

Carles Navarro, director general de BASF en España
Carles Navarro, director general de BASF en España.

Una aclaración que deja un mal sabor de boca, más cuando los productos de BASF no sólo ayudarán a los civiles rusos, sino también a los soldados del ejército invasor. También sorprende que BASF mantenga sus lazos comerciales con este país tras la salida de otras empresas que tampoco se han visto afectadas por las sanciones y que éstas, por solidaridad con el pueblo ucraniano, ha dado la espalda a Putin y su Gobierno.

Cabe recordar que Rusia continúa financiando la guerra a base de los impuestos de sus ciudadanos y empresas. Ahogando a éstas últimas se merma la capacidad financiera de Putin aún más. Asimismo, mantendrá esta relación siempre y cuando las sanciones no lo impidan.

CIFRA DE VENTAS RÉCORD EN BASF ESPAÑA

Las declaraciones de Navarro se producen en paralelo a un momento dulce de la compañía. Las ventas de BASF España se han disparado un 25%, hasta los 1.350 millones de euros. El dato es todo un récord para la filial española del conglomerado germano. Estos datos se deben principalmente a una recuperación brusca de la demanda, con un crecimiento del 12%; y a una escalada notable de precios, del 14%. En el último trimestre del pasado año, la empresa ha detectado los mayores incrementos de precios, debido a los aumentos en el precio de las materias primas y las subidas de los costes logísticos y de la energía.

Sin embargo, durante el 2021 BASF España no ha sido ajena a los cuellos de botella en el transporte de mercancías. «La logística se ha vuelto impredecible y los costes de transporte y energía han reducido los márgenes», ha expuesto el directivo. «Ha sido mucho más caro producir y suministrar», ha reseñado durante su rueda de prensa.

EL TALÓN DE AQUILES DE BASF ESPAÑA

Para paliar los altos precios energéticos, BASF España ha subido los de sus productos en todas las divisiones del grupo en la segunda parte del año, con un fuerte comportamiento en los monómeros, petroquímicos y dispersiones. Por contra, el negocio de Nutrición ha registrado escasez de vitaminas, mientras que el de Pinturas para la automoción, el más importante en Tarragona, vuelve a sufrir por segundo año consecutivo. En 2020, la causa fue la bajada de la actividad derivada de la pandemia, mientras que el pasado ejercicio el sector se ha visto afectado por la crisis de los semiconductores.

De cara al arranque del año, Navarro ha subrayado el buen inicio del año hasta el estallido de la invasión de Rusia a Ucrania. En los dos primeros meses del año, las ventas ya han superado a las registradas en el primer tramo del año anterior. Sin embargo, la guerra de Putin ha trastocado claramente sus previsiones y estimaciones, que ha derivado a un escenario de «máxima» incertidumbre.

La filial estudia ahora los efectos potenciales sobre su negocio ante una «posible falta de materias primas y mayores precios energéticos«. Por tanto, este ejercicio es prácticamente impredecible y el impacto se determinará por la prolongación del conflicto. Con todo, cree que el impacto actual será negativo para sus cuentas y el resto de la industria.

NO DESCARTA PARAR LA PRODUCCIÓN

Este 2022 «va a estar marcado por la inestabilidad del conflicto de Ucrania, el impacto negativo de los precios de la energía y la escasez de algunas materias primas», ha señalado. «Nuestros esfuerzos irán dirigidos a gestionar la compleja situación del ejercicio«, ha comentado.

«No hay escasez de materia prima, pero no se descarta en un futuro», ha aclarado Navarro, que no descarta ningún escenario. Sin aportar aún datos concretos, BASF España prevé impactos severos en la industria y tampoco descarta parar en algún momento la producción por los elevados precios energéticos debido a su alta dependencia del petróleo y el gas. Así, estima que la subida de la energía ha tenido un coste de unos 1.500 millones de euros.

Por otro lado, las inversiones de BASF en España alcanzan los 44 millones de euros, destinados a la mejora de procesos productivos y a la tecnología 5G. De la mano de Cellnex, el grupo trata de optimizar sus centros de producción con la inteligencia artificial y el análisis de datos. La mitad de esta inversión se destinará, como es habitual, al macrocomplejo de la química en la ciudad.