Los oídos de los perros son unos de los más sensibles y agudos del reino animal. Pueden registrar hasta 35.000 vibraciones por segundo, y gracias a los 17 músculos de sus orejas (dependiendo de la raza), pueden localizar rápidamente el origen de los sonidos. Sin embargo, esta capacidad auditiva, que en su naturaleza de cazadores es una ventaja, en el ámbito doméstico puede convertirse en una tortura. Por eso, las personas que conviven con perros, deben procurar favorecerles entornos lo más tranquilos posibles y evitar esos sonidos que no solo pueden resultarles molestos, sino que incluso pueden ser dolorosos, especialmente los agudos.
1HERCIOS Y DECIBELIOS
La frecuencia de sonido se mide en Hercios (Hz), que es la repetición de vibraciones por segundos. Cuantos más hercios, más agudo es ese sonido. La voz de una mujer tiene alrededor de 250Hz mientras que la de un hombre es de unos 120Hz. El espectro de lo oído humano abarca entre los 20Hz y 20000Hz mientras que el canino tiene un espectro de entre 67Hz y 45000Hz. Es decir que oyen menos los graves, pero son extremadamente sensibles a los sonidos agudos.
Otra forma de medir el sonido son los decibelios (dB), que mide la fuerza del mismo. Como la sensibilidad del oído humano es menor, para escuchar frecuencias bajas, necesitamos más decibelios.