Bloquear la Gran Vía de Barcelona durante diez días consecutivos no tiene sanción alguna, pese a que la Administración pública si emitió la multa contra Alberto ‘Tito’ Álvarez, líder del taxi y cabeza visible del principal sindicato del sector, Élite Taxi.
La impunidad de sus acciones queda plasmada con la sanción que en teoría debería haber pagado, pero la Administración ha permitido que prescriba pese a tener un año para responder al recurso interpuesto por Álvarez.
Álvarez, coordinador de la marcha lenta del pasado jueves contra una de las empresas de VTC instaladas en Barcelona, fue el mismo que animó a colapsar una de las arterias principales de la Ciudad Condal con la huelga salvaje del taxi a inicios de 2019. Por esta acción, la Dirección General de Administración de Seguridad le abrió el expediente sancionador incluyendo una multa de 8.000 euros. «Se la han comido por prescripción», ha dicho el conocido líder del taxi.
ÁLVAREZ EVITA PAGAR 8.000 € POR DEJACIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN
El organismo dependiente de la Consejería de Interior tardó once meses en hacerlo, pero Álvarez recurrió apenas un mes después. Ahora, un año después la administración ha optado por el silencio administrativo y el taxista no sólo se ha librado de este multazo, sino además que se ha jactado de ello, al mismo tiempo que ha pide mano dura de esta misma administración pública contra los conductores de licencias VTC y las plataformas que las conectan con los usuarios.
Álvarez, sin embargo, ha exigido una mayor contundencia a los organismos públicos, especialmente a la Guardia Urbana de Barcelona, para imponer más multas a los conductores de VTC. Según un informe del Ayuntamiento de Barcelona, más del 70% de los expedientes abiertos contra Cabify acaban en sanción, pero a ‘Tito’ Álvarez no le parece suficiente.
Para este líder, que trata de montar un lobby europeo, la policía local no actúa con contundencia, pese a imponer la práctica totalidad de las sanciones. Para tratar de calmar los ánimos, el teniente de alcalde encargado de la Seguridad, Albert Batlle, ha dado el compromiso de «formar» a los agentes para inspeccionar estos vehículos y lo hará antes del inicio de la campaña de verano, cuando se estima la vuelta del turismo.
802 EXPEDIENTES CONTRA CONDUCTORES VTC, PERO EL TAXI PIDE MÁS
En total se han abierto o faltan por abrir un total de 802 expedientes desde 2019 hasta este 2021. Las sanciones van desde la búsqueda de clientes en la vía pública, permanecer estacionado fuera del área estipulada, no tener la hoja de ruta, circular sin autorización o ésta no coincide con el titular de la VTC o bien con la licencia caducada.
Otros motivos pasan por no mostrar los distintivos y pegatinas obligatorias e incluso no estar dado de alta en la Seguridad Social. Sin embargo, la mayoría de ellos procede del incumplimiento de los días de descanso y tan sólo ocho por respetar los 15 minutos establecidos por la Generalitat.
De sobra es conocida la figura de Álvarez en las instituciones. De cara a las elecciones del pasado 14-F en Cataluña tuvo encuentros con todos los partidos políticos, por las buenas o a regañadientes, como ERC. Ante la negativa de los republicanos a reunirse, los taxistas amenazaron con plantarse en su sede. Es el hacer de Élite Taxi. Si no hay negociación para abordar sus demandas amenaza con paralizar Barcelona y especialmente en eventos como el Mobile World Congress, como han hecho en varios de ellos.
LA ADMINISTRACIÓN HINCA LA RODILLA
Ante la mala imagen de la ciudad, los políticos se han plegado a sus reivindicaciones, con Podemos como aliado natural y ahora también el PSC. Ambas formaciones controlan las decisiones del Área Metropolitana de Barcelona, que quiso ir más allá de la Generalitat para implantar una hora de precontratación a las VTC, un criterio tumbado después.
Álvarez se pasea en el interior de los pasillos como si de un importante lobbista se tratara. Aparcar cuatro vehículos ante la fachada del Consistorio, salir con dos bengalas -una en cada mano- y afirmar que la victoria es haber arrancado «un compromiso» solo está al alcance de muy pocos en la Ciudad Condal. Todo ello, para exigir una mayor contundencia contra lo que ellos denominan «cucarachas» -insulto con el que suelen referirse a los vehículos VTC y las empresas que les cobijan-.
El líder de los taxistas emprendió esta guerra hace año, pero recientemente ha tenido una contundente respuesta por parte de Uber. Por primera vez, la empresa ha denunciado las prácticas supuestamente utilizadas por Élite Taxi y Alberto Álvarez para tratar de boicotear su regreso a Barcelona. Ante el ensordecedor silencio de las administraciones y partidos políticos, Uber no ha tenido más remedio que actuar de esta forma ante la animadversión del sindicato mayoritario del taxi.
Uber no dispone de conductores con licencia VTC en Barcelona, como sí opera en el resto de ciudades de España. Su plan pasaba por llegar a acuerdos con taxistas para sumarlos a su plataforma.
LA DENUNCIA DE UBER CONTRA EL TAXI
Conductores pertenecientes a la comunidad paquistaní se habían integrado en la plataforma, pero incluso la propia comunidad, muy presente en el sector del taxi como asalariada, ha emitido un duro comunicado contra estos autónomos. Estos conductores tienen que elegir ahora entre salir de la aplicación de la tecnológica o irse de la comunidad, una de las más herméticas en Cataluña.
Es parte de la campaña orquestada contra Uber en Cataluña, donde no hay puntada sin hilo. Por primera vez los paquistaníes han puesto en cuestión trabajar en una empresa. Si hay más detrás es difícil conocerlo.
Además, la guerra del taxi contra Uber se ha desarrollado con prácticas que podrían rozar la ilegalidad. Y es que, según la denuncia interpuesta por la tecnológica ante la Autoridad de Competencia de Cataluña (ACCO), Élite Taxi y un grupo de taxistas han iniciado una persecución contra los conductores. Para ello, han solicitado los servicios a través de Uber, anotado sus números de licencia y nombres, para después vincularlos con la plataforma. Todo ello, para identificar a los taxistas, a quienes después se les hace imposible la vida a través de mensajes y foros de las redes sociales. La ACCO se tendrá que pronunciar y es vista por los taxistas como un «enemigo» del sector.