La reputación y la confianza aumentan, claves en la votación política

Thinking Heads, primera consultora especializada en el posicionamiento de líderes, ha presentado el primer informe sobre reputación de líderes políticos: Th2 Trends. El impacto de la reputación de los líderes políticos en la intención de voto. Tras la presentación, líderes y analistas políticos han ofrecido su visión de los principales resultados del estudio.

El informe, que se ha presentado este miércoles de manera virtual, se ha realizado sobre una muestra de 5.806 encuestados y analiza la reputación de 5 de los principales líderes nacionales, los 17 presidentes autonómicos y 6 alcaldes de grandes ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Bilbao). Aporta la diferencia reputacional entre líderes nacionales, regionales y municipales, cómo están puntuadas las dimensiones de la reputación de los líderes políticos, los datos sobre cómo la reputación del líder político afecta a la intención del voto y a la confianza pública en los partidos políticos y la valoración de la gestión de gobierno de los diferentes líderes respecto a la crisis de la COVID-19.

En primer lugar, Daniel Romero-Abreu ha contextualizado la metodología del informe: “hemos partido primero de un análisis de la literatura académica sobre las métricas de confianza y liderazgo político. Sobre las conclusiones de este análisis y tras una serie de evaluaciones de expertos y encuestas, establecimos el Modelo Thinking Heads de Reputación del Líder Político.                       

Este modelo no solo nos permite medir la reputación, sino también cambiar las palancas que permiten gestionarla y, por supuesto, mejorarla”.

Por su parte, Edelmira Barreira, directora de Consultoría de Thinking Heads, comenzaba su intervención añadiendo que “más allá de los nombres propios y las situaciones particulares, la clase política atraviesa uno de sus peores momentos, como evidencian algunas fuentes demoscópicas y el conjunto de los medios de comunicación”.

DATOS DEL ESTUDIO

Ninguno de los cinco líderes analizados en el panorama de la política nacional alcanza un aprobado reputacional (50 puntos). En el caso de los gestores regionales y locales, la reputación media supera los 50 puntos, es decir, consiguen un aprobado, mientras que los líderes nacionales están 12 puntos por debajo (38,7). Entre el líder mejor valorado, que es un presidente autonómico (58,7), y el peor valorado, un responsable nacional (33,1) hay una diferencia de más de 25 puntos.

Según el estudio, los líderes políticos no están trabajando aquellos aspectos que más importan  a los ciudadanos: el liderazgo y la integridad y la reputación del líder político tiene consecuencias en el voto. Por cada punto que aumenta la reputación, la intención de voto puede llegar a incrementar hasta en 0,755 puntos.

Entre la reputación más alta y la más baja, hay más de 25 puntos de diferencia. “Aunque nuestra intención no es hacer un ranking de personas en política, sino dar una visión de cómo es su reputación y según qué criterios se forma, nos parece interesante destacar algunos nombres”, aclaraba, Daniel Romero-Abreu.

Los resultados del estudio sitúan en la cola a los responsables de partidos en los extremos del espectro político: Pablo Iglesias, con 33,1 puntos y Santiago Abascal, con 33,7. Mientras que los líderes más valorados, que se acercan a la buena reputación, son los presidentes autonómicos Ángel Víctor Torres, de Canarias; Francisco Javier Lambán, de Aragón; Adrián Barbón, de Asturias, y Alberto Núñez Feijoo; de Galicia, por ese orden. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, es el líder local con la reputación más alta, 55,3 puntos, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tendría la reputación más baja en este grupo, con 40,9 puntos.

En cuanto a la gestión de la pandemia, los tres primeros nombres se corresponden con presidentes autonómicos: el presidente canario Ángel Víctor Torres es el mejor valorado y supera la barrera de la buena reputación con 60,3 puntos. En segundo y tercer lugar nos encontramos con los presidentes de Asturias y Aragón. El peor valorado es Pablo Iglesias, seguido de Santiago Abascal.