DGT: nuevos radares y multas en 2021

“La DGT es un organismo recaudador”. Esta frase dilapidaría podría pertenecer a cualquier ciudadano, puesto que todos hemos pensando en alguna ocasión que la única finalidad de las medidas de la Dirección General de Tráfico es imponernos cuantas más multas mejor. Sin embargo, lo grave de esta afirmación es que ha sido expuesta públicamente por su máximo responsable, Pere Navarro. Y lo hizo en su última comparecencia pública antes de que entraran en vigor las nuevas multas que habrá que pagar en 2021 en caso de infracción. Junto con ellas llegan, además, más mecanismos de control y sanción de la DGT. ¿Cuántos son los nuevos radares?

Sólo hay que revisar los datos de años anteriores –la DGT no ha publicado aún el balance de ingresos anuales por la recaudación de multas en 2020-, para comprobar hasta qué punto la afirmación de Navarro es una realidad. En 2019, el organismo que dirige recaudó 386 millones de euros en concepto de multas, que se corresponden con más de 4,5 millones de sanciones de tráfico. Según la DGT, fue un 10% más que el ejercicio anterior. El importe medio de cada sanción fue de 85 euros. Cada radar recauda de media más de 300.000 euros al año -sí, hay algunos que por su ubicación son auténticos recolectores de multas y otros que apenas registran sanciones-. La mayoría de los españoles optan por utilizar la modalidad de pronto pago, siendo mínimo el caso de aquellos que recurren las multa de la DGT.

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MULTAS GOLOSAS PARA LA DGT: USAR EL MÓVIL 

DGT multas y radares

Hasta ahora, utilizar el teléfono móvil en el coche implicaba una multa de 200 euros y tres puntos del carnet de conducir. Con las nuevas medidas de la DGT en 2021, la sanción se ha elevado a 500 euros, y también la cantidad de puntos que pueden quitarte hasta seis. No contento con ello, la nueva normativa explicita más posibles situaciones infractoras en relación al móvil durante la conducción.

Por ejemplo, sujetar el smartphone con la mano, independientemente de si se está utilizando o no, será penalizable. Desde la DGT se justifican en que el mero hecho de sujetarlo implica una potencial distracción, además de corregir situaciones de interpretación del agente de Tráfico.