Sua Pluma, la marca de pendientes artesanales que conquistó a la celebrities

Miriam Robles es la protagonista de una historia de emprendimiento y éxito, esto último ocurrió de forma inesperada. La madrileña estaba enamorada de los pendientes de plumas, pero solo los encontraba en mercadillos artesanales, así que decidió investigar y contactar con granjas y protectoras avícolas, rastrear todos los lugares donde había aves.

Tras visitar algunos parques ornitológicos, descubrió que en ellos cada día miles de plumas de pavos reales, guacamayo, avestruz o gallinas de Guinea, acababan en la basura. Plumas, llenas de colores, de lunares… en general, llenas de luz para poder crear con ellas.

“Fue realmente fácil conseguirlas, pero literalmente tenía que entrar dentro de las jaulas de búhos, recogerlas y limpiarlas”, explica la cocreadora de Sua Pluma en una entrevista con MERCA2. A raíz de ahí, empezó junto a su amigo Alberto Figueroa a diseñar de manera desinteresada pendientes para regalar a sus familiares y amigos, con el tiempo empezó a llamar la atención de más mujeres.

Y ENTONCES TODO CAMBIÓ

Robles es una apasionada de la moda y decidió hacer un curso de estilismo que impartía Blanca Unzueta, la persona que cambió su suerte. En una de sus clases se fijó en el diseño de uno de sus pendientes y le propuso dar a conocer su producto en las revistas de moda.

“Me dijo que podía interesar como accesorios para los looks, pero esto no entraba en mis planes y no tenía ni la marca creada”. Pese a ello, se animó y en apenas unas horas ya tenía la marca registrada, el nombre ideado, las fotos hechas y la página web en marcha.

Fue entonces cuando las redactoras de distintas revistas de moda le contactaron interesadas en que aparecieran sus pendientes de plumas. Finalmente decidieron utilizarlas en una sesión de fotos con la actriz Úrsula Corberó.

Pero la suerte incrementó cuando en otra sesión de fotos con Sara Carbonero, la periodista, que precisamente acababa de abrir su propia tienda online «Slow love», se interesó en la marca. La firma de Carbonero se compenetraba con la de ella porque sigue criterios sostenibles y artesanales y además “su icono es una pluma, como el mío, así que propuso poder vender mis pendientes en web”.

El resto de la historia se podría escribir solo, Sua Pluma empezó a ser mucho más conocida gracias al impulso de Sara Carbonero, sin embargo, con el paso de los años han decidido seguir por separado.

CAMBIO DE RUMBO

“Tenemos la marca posicionada, nos conocen por las redes sociales, pero estar en Slow love implicaba dedicarme en cuerpo y alma a la marca y yo estaba estudiando”, señala esta emprendedora de apenas 25 años.

Pese a todo, la diseñadora no se arrepiente, y de hecho destaca que su evolución ahora es distinta. El cofundador, Alberto Figueroa tuvo que dejar el proyecto, pero “todo el mundo se involucró, la gente que me conoce me empezó a guardar plumas, e incluso en los parques ornitológicos”.

Fue al finalizar los estudios cuando decidió centrarse en Sua Pluma de nuevo. Y por ejemplo, además de pendientes se lanzó al diseño de tocados e incluso se ha atrevido con la decoración del hogar.

5 AÑOS DE APRENDIZAJE

Miriam Robles valora el aprendizaje de estos 5 años, por ejemplo, con las aves. “Mudan sobre todo en verano, que es cuando prenden las plumas de forma natural. Es un material muy resistente y a la vez delicado” destalla.

Pese a que el trabajo es artesanal y cada pendiente se hace de manera individual y personalizado, sus precios son muy competitivos y oscilan entre los 15 y los 25 euros. En el caso de los tocados, que necesitan más plumas y cuesta más hacerlo suben a 30 euros.

“Me gustaría seguir creciendo y aprendiendo, no descarto poder vivir de esto más adelante, pero es difícil porque con un precio tan asequible, tendría que duplicar ventas”. Además, es un riesgo que implica una gran inversión económica, pero no se cierra lanzar una campaña de crowdfunding para ello.

Sea como sea, continuará con Sua Pluma, un nombre de raíz portuguesa y gallega por su relación con estas dos culturas. “Es un proyecto que ha crecido conmigo. Lo mantendré y me volcaré de lleno”, concluye.