La compañía automovilística Volkswagen ha concluido con éxito la supervisión independiente acordada con las autoridades de Estados Unidos (EE.UU.) tras el caso de los vehículos diésel que incluían un software que alteraba las emisiones de algunos automóviles de la empresa.
Así, Volkswagen ha anunciado que el monitor independiente de conformidad, Larry D. Thompson, certificó que la compañía ha cumplido con el compromiso adquirido en el marco del acuerdo de cooperación con el Departamento de Justicia de EE.UU. para diseñar e implementar un programa de conformidad que evite y detecte violaciones de la ley medioambiental y antifraude.
La certificación es válida para el conjunto del grupo Volkswagen y para sus compañías subsidiarias y filiales, con la excepción de Porsche y Porsche Cars Norteamérica, que no participaron en la monitorización.
Durante el proceso, que empezó en 2017 y acaba de concluir, Volkswagen ha actualizado y reforzado sus estructuras, procesos y sistemas en muchas divisiones de la compañía, incluyendo desarrollo técnico, gobernanza, gestión de riesgos, conformidad y funciones jurídicas.
Además, la empresa ha implementado y ampliado un sistema de informantes, prevención anticorrupción y antimonopolio, y diligencia con socios empresariales, y ha mitigado las jerarquías, descentralizado la toma de decisiones y delegado más responsabilidad a sus marcas y oficinas regionales a la hora de tomar decisiones adecuadas a las condiciones de sus mercados.
Thompson y su equipo nos han ayudado a hacer de Volkswagen una compañía más fuerte y transparente, pero el final de la supervisión no es el final de nuestro viaje. Estoy comprometido con la mejora continua de nuestra organización y de su cultura, como también lo están el resto de miembros del comité ejecutivo», ha reivindicado el consejero delegado de Volkswagen, Herbert Diess.
Así, Volkswagen ya ha implementado casi 300 reglamentos y políticas internas nuevas o revisadas en las entidades jurídicas relevantes para acelerar el despliegue de nuevos procesos, entre los que se incluye el establecer un comité de conformidad de grupo, en lanzar un marco global para supervisar el programa de integridad y conformidad de Volkswagen y la introducción de un código de conducta para las 12 marcas.
«Thompson ha sido esencial para la transformación de nuestra compañía. Su visión independiente, objetiva y externa de la empresa ha ayudado a crear los sistemas y procesos que nos han permitido crecer como organización. Las lecciones aprendidas de la superación de la crisis de emisiones del diésel servirán de guía para todas nuestras acciones», ha subrayado la responsable de Integridad y Asuntos Jurídicos de Volkswagen, Hiltrud D. Werner.
Todo ello después de que el grupo automovilístico admitiese en septiembre de 2015 haber manipulado más de 11 millones de automóviles diésel en todo el mundo mediante la colocación de un dispositivo que alteraba las emisiones reales de óxidos de nitrógeno (NOx) al ser objeto de pruebas de laboratorio.
Dos años después, Volkswagen fue condenado en Estados Unidos al pago de una multa de 2.800 millones de dólares (2.356 millones de euros al cambio actual) por el caso del diésel.