viernes, 13 diciembre 2024

La instalación de 20.000 MW en parques fotovoltaicos generará más de 120.000 empleos

La instalación prevista por el Ministerio para la Transición Ecológica de 20.000 nuevos megavatios (MW) en energía fotovoltaica durante los próximos diez años generará 120.000 puestos de trabajo en construcción durante dos años, así como 2.600 puestos fijos durante, al menos, 30 años.

Según las estimaciones realizadas por la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier), esta previsión de empleo se cumpliría en el caso de que la totalidad de las nuevas instalaciones fueran de más de 100 MW, el escenario «más probable».

Sin embargo, avisa de que si los parques fueran de menos de 5 MW, el empleo se dispararía hasta los 820.000 empleos de construcción durante dos años, así como otros 28.800 empleos fijos de operación y mantenimiento por, al menos, 30 años.

En función de la tipología de parque, los ingresos por la actividad los concentrarían los grandes fondos de inversión, que suelen tener la propiedad de las megainstalaciones, o para las pymes y autónomos locales, en el caso de que se tratara de parques pequeños, accesibles para este tipo de empresas locales.

En este sentido, Anpier advierte de que la dinámica de la economía de escala beneficia a los grandes parques pero penaliza la redistribución social de los ingresos, ya que el coste del MW instalado es cada vez más bajo conforme el parque incrementa su dimensión, por el descuento en componentes y porque la formulación y tramitación del proyecto es idéntica en coste y esfuerzo, ya sea de un pequeño parque de 1 MW o de una gran instalación de 1.000 MW.

Además, cree que es necesario contemplar el «dispar» impacto que tienen sobre el territorio, por ejemplo diez parques de 5 MW, que ocuparían diez hectáreas cada uno, dispersas e integradas en el terreno, frente a las 100 hectáreas que ocuparía una instalación de 50 MW, que conllevaría «verdaderos mares de cristal de más de 1.000 hectáreas».

Por todo ello, la asociación considera «esencial» tener en cuenta la dimensión óptima que tendrían que alcanzar las instalaciones de generación fotovoltaica, puesto que de unos rangos a otros habría importantes variaciones tanto en el empleo como en las economías locales.


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