García Carrión, el Zorro que defiende la justicia con querellas

Muchas son las películas y series de televisión, amén de novelas e historietas, que han tenido como protagonista a Don Diego de la Vega. Para los no iniciados, el Zorro. En su caso, se dedicaba a defender a la gente de los funcionarios tiránicos y villanos. Uno de esos films es ‘El Zorro caballero de la justicia’. Salvando las distancias, José García Carrión hace lo propio. Pero en vez de defender a la gente, lo que hace es amparar a sus productos a capa y espada, de quien sea, y durante el tiempo que sea necesario. Y lo hace a través de la justicia.

La última aventura judicial del presidente del Grupo Carrión ha sido la de denunciar a su eterno enemigo en el vino. Si para Don Diego de la Vega era el Capitán Monasterio, para José García Carrión el elegido es Félix Solís. Sobre la mesa, un supuesto fraude con los vinos. Vendidos como crianza, reserva y gran reserva, cabe la posibilidad de que no hayan pasado por barrica, o que no tengan el envejecimiento correspondiente a esas etiquetas. Dicho de otra manera: estafa, publicidad engañosa y falsedad documental.

Tan enredada está la cosa, que la denuncia ha acabado en la Audiencia Nacional. Y, a diferencia de otras actuaciones de García Carrión, levantar la liebre ha llevado consigo que su compañía también esté siendo investigada.

LUCHA SIN CUARTEL DE GARCÍA CARRIÓN

De igual a igual. O de David a Goliat. Cierto que García Carrión es un gigante. Se trata de la mayor bodega de Europa y la cuarta del mundo. Pero no deja de ser chiquitito si se compara con grandes multinacionales. Eso no ha sido óbice para que si, llegado el caso, y ha tenido que enfrentarse a ellas, no lo haya dudado. El tamaño nunca le ha importado cuando la razón es poderosa.

Porque José García Carrión nunca se ha sentido un Quijote luchando contra molinos de viento. Al contrario. Minute Maid era una marca de Danone y Coca-Cola. Zumo don Simón (el suyo) era zumo exprimido. Minute Maid, concentrado. El primero se coloca en la parte de refrigerados. El segundo, no tiene por qué hacerlo. Pero lo hizo. Y en García Carrión consideraron que no había sitio para los dos. Ganar la partida le supuso quitar a la competencia de dicho espacio… aumentando las ventas.

Eso sucedió en la década pasada. Recientemente, ha tenido lugar un episodio similar. En este caso, el contrincante ha sido Granini. Otro poderoso del sector de zumos. En este caso, la firma alemana realizó una campaña de publicidad en la que, de manera sutil, promocionaba su producto (néctar de naranja), como si fuera zumo de naranja natural.

García Carrión denunció la comparativa. La Audiencia de Barcelona ordenó el cese de la emisión del anunció. Granini recurrió. Y, recientemente, la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo desestimó su recurso de casación. Una vez más, volvía a ganar.

ESPIRITU MOSQUETERO

Como si fuera don erre que erre, a José García Carrión se le metió entre ceja y ceja que una misma marca podía llevar etiquetas de diferentes consejos reguladores. Cargado con este argumento, volvió a poner pie en los tribunales. Y su tenacidad obtuvo recompensa. Eso sí, le costó una década hasta que la justicia española y la Unión Europea le acabaran dando la razón.

García Carrión ha movido Roma con Santiago para conseguir sentencias que consideraba justas

¿Valía la pena tanto esfuerzo? La respuesta es sí. Unificar por aquel entonces cinco procedencias de denominación de origen (Rioja, Ribera del Duero, Rueda, Valdepeñas y Cava) sin duda fue un impulso para conquistar más mercados internacionales. Con el tiempo, a esas DO se unieron Toro, Jumilla y Penedés. Uno para todos, y todo para unos.

FRONTERAS AFUERA

Haciendo un poco de historia (no judicial), el bisabuelo del actual presidente supo ver en los mercados internacionales un trampolín para su negocio. La plaga de filoxera del país vecino fue aprovechada para poner allí una pica. Volviendo al presente, fue en 2016 cuando García Carrión denunció el fraude del vino español vendido a Francia a granel, y que los vecinos embotellaban como si fuera suyo. El gobierno galo acabó tomando cartas en el asunto.

Incluso al otro lado del charco, concretamente en Estados Unidos, García Carrión también tuvo sus más y sus menos con la justicia. Louis Roederer, la firma francesa, les denunció porque la marca Cristal se asemejaba a la suya: Cristalino. Entendían que era competencia desleal. Perdieron la partida. Eso sí, García Carrión vende el producto poniendo en la etiqueta que su cava no tiene relación ninguna con Louis Roederer.

Al igual que el Zorro, que en algunas de sus defensas resultó herido, García Carrión no siempre ha salido victorioso de sus paseos por los juzgados. Pero defender lo suyo siempre lo ha llevado por montera. Como su apuesta por la internacionalización, la inversión en innovación, la diversificación, y la estrategia de marketing. Los resultados ahí están.