Si bien es cierto que Lidl es uno de los supermercados en España que parece que todo lo que toca o promueve se convierte en oro, lo cierto es que en este duro camino hacia el posicionamiento como cadena de distribución de referencia se han encontrado con auténticos fiascos que le han supuesto enormes pérdidas. Ahora bien, cada crisis es una oportunidad, y Lidl ha sabido muy bien cómo torear la mayoría de ellas y revertirlas en una victoria frente a quienes esperaban verlos claudicar (la competencia). Nos ponemos nostálgicos y recuperamos los productos de Lidl que han sido un auténtico fracaso en España, ya sea por calidad o porque no han llegado a gustar al público español.
La mayoría de los fiascos de Lidl corresponden con productos que están ya retirados y que por lo tanto, a día de hoy, no podéis hacer vosotros mismos la comprobación de nuestras recomendaciones (o no recomendaciones).
6EL CASO MASTER CRUMBLE EN LIDL

Este fue uno de los primeros grandes fracasos de productos de Lidl. En 2009, un análisis del producto reveló que parte de la tinta empleada en la caja se pasaba a los cereales. Siendo uno de los más vendidos en Lidl en aquella época, os podéis imaginar el agujero que dejó la retirada completa de todas las unidades. Además de ser tóxicos, el sabor no era especialmente agradable, aunque sí su precio, y de ahí su éxito. Por suerte, no hubo que lamentar intoxicaciones.