El consumo medio se ha desplomado un 49% y el gasto semanal se ha hundido un 60% tras decretarse el estado de alarma como consecuencia de la crisis sanitaria por la pandemia del coronavirus, según un estudio de BBVA Research en el que analiza el impacto del Covid-19 en el consumo de los españoles, utilizando tecnologías de ‘big data’.
Así, los primeros datos del análisis muestran cómo antes del decreto del estado de alarma, la tendencia fue hacer acopio, especialmente de bienes básicos y alimentación. De este modo, el fin de semana anterior (14-15 de marzo) se observó un aumento de las transacciones con tarjeta cercano a un 20% interanual.
A partir de esta fecha, el consumo en España, según el estudio, no hace más que decaer y se observa que el gasto medio con tarjeta por persona es un 49% inferior al gasto realizado en el mismo día del año anterior.
Asimismo, BBVA Research constata que la medición de los gastos semanales muestra caídas mayores. En concreto, desde el 20 de marzo, la caída del gasto semanal con tarjeta está en torno al 60% respecto al observado en la misma semana de 2019.
La semana siguiente, la anticipación de ventas por la Semana Santa, hace que la caída se atenúe, situándose en un 51% comparada con la misma semana del ejercicio anterior.
Asimismo, según el análisis, la alimentación es el único sector que registra un aumento del gasto con tarjeta, que ya se duplicó antes del estado de alarma y continúa aumentando, con un alza del 60% interanual.
Los días previos a Semana Santa, entre el 6 y 8 de abril, el gasto en alimentación se disparó, creciendo un 95% interanual.
Otro de los gastos que ha experimentado un crecimiento, aunque solo puntual, es el gasto en salud. Así, el fin de semana previo a la primeras medidas de confinamiento, aumentó este gasto cerca del 30%, fundamentalmente, en productos farmacéuticos.
Las semanas posteriores descendió el gasto farmacéutico, que se ha estabilizado en torno a un descenso del 50% interanual, mientras que el gasto en salud/parafarmacia en grandes superficies, lo ha hecho con una caída de alrededor del 30% interanual.
Asimismo, el gasto en los restantes sectores (bienes y servicios no esenciales como hostelería, ocio y entretenimiento, viajes, vestido y calzado) se ha reducido en más de un 90%.
Según el análisis, el ajuste del comercio electrónico ha sido mucho menor, pero con caídas de hasta un 44% en la primera semana del estado de alarma. Sin embargo, las compras en internet va ganando peso respecto al total de consumo, hasta representar un 20% del total de las transacciones con tarjeta, dos puntos más que hace un año.
Así, las compras en internet que experimentan un incremento se concentran en grandes superficie y alimentación, donde las compras con tarjeta se multiplican por 1,5.
Además, se duplica el gasto ‘online’ en productos de salud y aumenta en un 50% el realizado en bares y restaurantes con servicio a domicilio. Por el contrario, el gasto en agencias de viajes y en transporte ha disminuido prácticamente a cero.
MADRID, UNA DE LAS CC.AA. MAS AFECTADAS.
Según BBVA Research, Madrid aparece como una de las más afectadas por la crisis, con una caída del gasto semanal con tarjeta de un 70%, junto con Baleares y Canarias, regiones especialmente afectadas por el cierre turístico.
Por el contrario, Asturias, Castilla-La Mancha y Cataluña se sitúan por encima de la media de caída nacional, con descensos del gasto próximos al 50%.
Igualmente, el estudio refleja cómo la crisis del coronavirus ha hecho regresar a los extranjeros a sus países de origen y la paralización del turismo, de modo que el gasto de residentes extranjeros en España disminuye hasta el 60%. Al mismo tiempo, los españoles residentes en el extranjero han visto su gasto caer hasta el 97%.
En su estudio, BBVA Research ha analizado de manera agregada y anonimizada 1.400 operaciones realizadas con tarjeta o en un terminal de punto de venta de BBVA desde 2019, lo que permite mostrar los cambios en los hábitos de consumo de los españoles y el impacto «sobresaliente» de esta crisis en la caída del gasto.
Este análisis ha dado lugar a una colaboración junto a investigadores de las Universidades de Cambridge, Imperial College y Edimburgo donde se defiende el uso de datos transaccionales anónimos para la toma de decisiones por considerarlos un reflejo en tiempo real a las reacciones de las crisis y políticas económicas.