Belén Esteban es uno de los rostros más famosos de la televisión. Desde su idilio con el torero Jesulín de Ubrique e ha convertido en una asidua en los platós. Ahora, con su vida rehecha, es de las más queridas por los espectadores. Buena prueba de ello dan los realitys o talents por los que ha transitado con la gloria del triunfo. Sin embargo, y pese a los múltiples años que acumula en los platós (ahora en programas como Sálvame) hay curiosidades tanto de ella como de su hija Andrea que se desconocen.
Ambas son aficionadas a un deporte que en España apenas se sigue desde que se ha vuelto de pago y, sobre todo, desde el adiós de Fernando Alonso. Sí, es la F1. El piloto asturiano aún baraja en su cabeza la posibilidad de retornar al gran circo, aunque el parón de la actividad por el coronavirus ha trastocado todos sus planes. Lo que está claro es que Belén Esteban sigue de cerca los pasos del piloto español, al que idolatró allá por 2005, cuando logró convertirse en el más joven (por aquel entonces) en conquistar un Mundial.
No es al único al que Belén Esteban tomó cariño en esa etapa de crecimiento del motor en España. El periodista que ha acompañado a Fernando Alonso en todas sus aventuras, Antonio Lobato, embaucó a la famosa y a su hija Andrea. Han pasado 15 años del encuentro entre ambos, pero el periodista sigue en activo (narra desde los platós de Movistar las carreras) y Belén Esteban está aún más presente en los platós de Mediaset. Precisamente ser del mismo grupo (el de Vasile) propició un encuentro entre ambos ese citado año.
Antonio Lobato y Belén Esteban coincidieron un día en maquillaje, en Telecinco. “Joder, Lobato, qué ganas tenía yo de conocerte”, exclamó la colaboradora de televisión, según relata el periodista en su libro Volando sobre el asfalto. “Que sepas que nos tienes locas a Andrea y a mí”, siguió. Por aquel entonces, su hija aún era muy pequeña. “No nos perdemos ni una carrear y nos levantamos a la hora que sea para ver a Fernando Alonso”, exclamó Belén Esteban. Sí, era de las que madrugaba para adaptarse a los horarios australianos y asiáticos.
“Anda, dame dos besos y hazte una foto conmigo, que mi hija se va a volver loca”, le pidió Belén Esteban. “Me hice la foto y, aunque el encuentro resultó muy gracioso y ella fue muy cariñosa, yo no dejaba de vivir el momento con cierta perplejidad”, relata Antonio Lobato, en un libro en el que recoge los momentos más destacados de los años gloriosos de Fernando Alonso y en el que, como se puede vislumbrar, cuenta algunas anécdotas que estos años han pasado desapercibidas para muchos.