La población en cuarentena. Los negocios cerrados. Los trabajadores, una parte importante, despedidos temporalmente. Y, lo mejor de todo, los impuestos sagrados. El afán recaudatorio del Gobierno de Pedro Sánchez frente a autónomos, empresas y trabajadores tiene colapsadas, al menos, cuatro de cada cinco asesorías del país.
Los movimiento del Gobierno, sobretodo los de éste, deben mirarse con mucha perspectiva. Así, el infame fin de semana del 7 y 8 de marzo nada se paró, todo estaba bajo control decían, para que se pudiese celebrar la manifestación a favor de la igualdad. Ahora, Sánchez y su equipo anhelan captar recursos económicos con los que pagar el desastre económico que ha causado el coronavirus y que ha exacerbado su inacción. Y como desde Europa dicen que no habrá deuda conjunta, los llamados coronabonos, porque en España no sabemos ahorrar toca apretar las tuercas a todo el que se mueva en el país.
Así, el descontrol ha ido pasando de manos hasta que ha desbordado completamente a las asesorías. Dichas firmas han tenido, y tienen, que bregar con un fuerte incremento de consultas sobre la avalancha de cambios normativos y, a su vez, con presentar toda la información para llevar a cabo los expedientes de empleo, las cuotas de autónomos o las facturas para presentar los impuestos. De hecho, desde Anfix, una plataforma en la nube de gestión de empresas, explican que el 80% del tiempo de dichas compañías se evapora solo en introducir los datos y asientos de los documentos que deben entregar para cumplir con el fisco.
SE MULTIPLICA POR CUATRO LAS PETICIONES DE ASESORAMIENTO
La plataforma, además, señala que el 20% restante del tiempo que tienen dichas firmas para dedicarle al asesoramiento, lo que normalmente podría valer, ahora es prácticamente nulo. La razón es que hay un incremento del 350% de peticiones de asesoramiento sobre ERTEs, expedientes de despidos temporales, ayudas, ceses de actividad o directamente EREs, despidos directos, en un tiempo muy limitado. Una avalancha que ha llevado aun más al límite a las asesorías.
Para entender el volumen de trabajo que está suponiendo este caos, se debe recordar que en España existen más de 5 millones de autónomos y pequeñas empresas. Una cantidad que supone el 94% del tejido empresarial del país y que se estima que el 92% de estos profesionales tienen contratados los servicios de un asesor contable y fiscal. El problema de lo anterior es evidente, muchas empresas o autónomos no van a llegar a tiempo para cumplir con Hacienda.
EMPRESAS CON PROBLEMAS PARA ENTREGAR LA DOCUMENTACIÓN
Por último, existe un peculiar (y potencial) peligro y, es que, a día de hoy más del 11% de dichas empresas presentan la documentación en papel. Una situación que provoca un problema doble: por un lado, las limitaciones a la movilidad, tras decretarse el estado de alarma, provoca que muchas de las facturas no se puedan entregar y que la información sea incorrecta en algunos casos. Por otro, para los que los consigan, existen un evidente riesgo de contagio tanto para el empresario como para el trabajador de la asesoría.
En definitiva, un nuevo caos para las empresas firmado por el Ejecutivo comandado por Sánchez y Unidas Podemos. Aunque quizás, tampoco se podía pedir demasiado a un Gobierno que publicó uno de los decretos más importantes que se recuerdan en la democracia, y que tuvo en vilo a millones de trabajadores, minutos antes de dar las 12 de la noche.