La Supercopa de España ya tiene dos precedentes en el extranjero y un nuevo formato. La localidad de Yeda, en Arabia Saudí, ha albergado este torneo en el que han participado los cuatro mejores equipos de la pasada edición de la Liga. Los clubes participantes se volcaron con el nuevo formato y ofrecieron un gran seguimiento a través de sus sitios web como el del at-madrid.es
La cita ha sido caprichosa y ha querido que ni el campeón de Liga ni el de Copa de la pasada temporada llegaran a la final. Es decir, FC Barcelona y Valencia fueron eliminados por Atlético de Madrid y Real Madrid respectivamente. Los dos equipos de la capital acudieron al torneo como tercer y cuarto clasificado, lo que significa una excepción en la historia; pues tradicionalmente la Supercopa de España la han jugado los campeones de Liga y Copa del Rey o el finalista copero en caso de que el campeón fuera el mismo en las dos competiciones.
Hasta el pasado curso, cuando se ha disputado una final a partido único en Marruecos, se disputaba una eliminatoria a doble partido entre los dos campeones. Pero este sistema ha cambiado con el nuevo torneo de cuatro equipos que ha impulsado la Real Federación Española de Fútbol a través de su presidente Luis Rubiales. El objetivo es hacer de la Supercopa de España una cita más interesante que involucra a más equipos y por tanto con un mayor atractivo para un creciente número de espectadores y aficionados, pues el objetivo ha sido el de expandir el fútbol español más allá de sus fronteras.
Y es que a este carácter excepcional de torneo con cuatro equipos, se suma el hecho de jugarlo en un país tan exótico y diferente a España como es Arabia Saudí. Se sigue así la línea del año anterior, cuando la localidad elegida fue Tánger. Sin embargo, la decisión de llevar el torneo a un país autoritario no ha estado exenta de polémica. La Federación Española vendió el evento como una vía para que el país Saudí se abriera a más derechos y democracia con la excusa del fútbol. Pero esta idea no ha sido aceptada por muchos aficionados españoles que han mostrado su malestar a través de las redes sociales. Este rechazo también llego a las televisiones, tanto públicas como privadas, hasta el punto de que ninguna emisión en abierto quiso comprar los derechos del torneo por el miedo a que hubiera boicot por parte de los anunciantes. Finalmente ha sido Movistar quien aceptado las condiciones de partida y decidió emitir los tres partidos.
En lo deportivo, esta Supercopa de España ha tenido más consecuencias que en lo social y mediático. La derrota del Barça ante el Atlético en semifinales ha dejado a su entrenador Ernesto Valverde contra las cuerdas y en el Camp Nou le están buscando sustituto. El conjunto blaugrana está completando una temporada muy irregular pese a que acabó el 2019 líder en el torneo liguero y en Champions avanzó con solvencia a los octavos de final, ronda en la que se medirá al Napoli. Todo lo contrario ocurre en la casa de su eterno rival. El Real Madrid ha salido reforzado de la Supercopa de España al vencer con autoridad al Valencia y llevarse el título frente al Atlético en penaltis. Zinedine Zidane ha demostrado plantilla tiene recursos para cubrir las bajas de jugadores tan importantes como Benzema, Hazard o Gareth Bale, quienes no pudieron participar en el campeonato por lesión.
Precedentes en Italia y Francia
Enviar la Supercopa al extranjero no ha sido una idea del fútbol español, ya que cuenta con importantes y continuados precedentes en Italia y Francia. La serie A fue la primera competición que decidió llevar este partido fuera de sus fronteras. Lo hizo por primera vez en 1993, cuando el Milán ganó al Torino en Washington. Este duelo se enmarcó en la previa del Mundial 94 que el año siguiente se disputaría en el país de norteamérica. Desde entonces, se han disputado diez supercopas de Italia fuera de Italia en países diferentes como China, EEUU, Qatar o Arabia Saudí.
Francia ha seguido una línea similar a Italia y además con más frecuencia. Desde 2009, la Supercopa francesa se disputa en el extranjero. Las sedes han sido muy diversas, siendo la primera Montreal en Canadá. Túnez, Marruecos, Estados Unidos y China también han albergado este encuentro entre los campeones de la Ligue One y la Copa en Francia.
Portugal también cuenta con dos precedentes en otro país, aunque en ambos casos fue más como una solución. Ocurrió en 1994 y 1995, cuando el partido decisivo se disputó en el Parque de los Príncipes de París después de que los enfrentamientos de ida y vuelta finalizaran en empate. En el resto de federaciones europeas, la Supercopa se disputa dentro de sus fronteras.