Ayuso congela la inversión en Metro de Madrid con el amianto y las huelgas de fondo

La llegada del nuevo año no parece haber calmado las aguas entre los trabajadores de Metro de Madrid y la Comunidad. Antes de que finalizase el 2019, el Ayuntamiento comunicó que mantendría la misma inversión que el pasado año para financiar a éste, 387,7 millones de euros. Los tira y afloja que han enfrentado a estos contendientes durante el 2019, como las huelgas o el caso del amianto, han provocado que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso no haya incrementado el gasto para este servicio, a pesar de que la calidad ha disminuido.

A lo largo del pasado curso, el Sindicato del Colectivo de Maquinistas no se cansó de denunciar cada uno de los problemas existentes en Metro de Madrid que afectan tanto a usuarios como a trabajadores.

La joya de la corona, y que sigue trayendo de cabeza a la asociación, es el amianto. Este material, componente del fibrocemento, se encuentra por toda la red de metro y su manipulación sin protección puede suponer un importante riesgo para la salud.

La gravedad del hecho se produjo cuando la Comisión de Investigación, que llevó a cabo la Asamblea de Madrid, demostró que los dirigentes de Metro conocían desde el año 1991 la existencia de este material y no desde el 2003, como ellos mantenían. Los sindicatos denunciaron que no se les informó de ello hasta 2017. Hasta la fecha se han descubierto cuatro casos de personas afectadas por los efectos del amianto, dos de ellas han fallecido y las otras padecen cáncer.

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Por otro lado, los maquinistas han alertado de que lejos de aumentar el personal, como consecuencia de la, cada vez mayor, demanda de viajeros, la empresa ha disminuido este número de forma significativa. «En el año 2016 había 1.908 maquinistas sin contar las prejubilaciones y en el 2019 tan sólo 1.796 maquinistas si contamos las últimas nuevas incorporaciones de este verano», indicó el colectivo en un comunicado de prensa en noviembre del 2019.

Además, el servicio cada día más deficiente. Tanto el deterioro de sus vías y sus coches como la tardanza en la frecuencia de su servicio es evidente y hace de los viajes una total odisea. Y lo peor de todo, es que no hay síntomas de mejora. No solo los usuarios son quienes se han quejado de ello, sino que los propios trabajadores también han manifestado su descontento.

LA COMUNIDAD DE MADRID NO APRENDE

La Comunidad de Madrid parece hacer oídos sordos ante esta situación, ya que no ha aumentado su gasto de inversión para mejorar el servicio. Las necesidades de financiación de Metro para este 2020 se mantienen en 909,6 millones de euros, como ya sucedió el pasado año.

De esta cantidad, los de Ayuso aportan 387,7 millones y el Gobierno central 64,7 millones, mientras que los restantes 457,2 millones de euros procederán de la venta de billetes y títulos de transporte.

¿TREGUA EN EL 2020?

A pesar de los encontronazos que han acontecido el 2019, los maquinistas se muestran optimistas de cara al 2020. Parte de esta esperanza se debe al compromiso por parte de la empresa de la realización del estudio de higiene y seguridad en el puesto de trabajo con las ventanillas bajadas, tal y como reclamaban los trabajadores. Por este motivo, los paros que habían sido convocados en el mes de diciembre durante la Cumbre del Clima fueron desconvocados. 

Aunque todavía no se haya hecho público la licitación de los 67 trenes prometidos también es otro motivo que ha hecho ilusionar al colectivo, ya que consideran de vital importancia que pasen a formar parte de la red de metro a la mayor brevedad posible.