miércoles, 11 diciembre 2024

Endesa jubila el carbón de As Pontes y Litoral con postureo político de fondo

Las empresas energéticas españolas se encuentran, cada vez, en medio de una maraña política cuando toman una decisión corporativa. Esta vez ha sido Endesa la que, tras anunciar que acelera el proceso de dos centrales térmicas de carbón, se ha encontrado con la respuesta política que mira a la galería de su electorado.

En concreto, la eléctrica dirigida por José Bogas ha anunciado este viernes que ha decidido acelerar el cierre de sus centrales de carbón de As Pontes (A Coruña) y Litoral (Almería), las dos únicas del grupo que quedaron exentas de la obligación de clausurar a mediados de 2020. El motivo es simple: «no resultan competitivas«.

En un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Endesa indicó que su consejo de administración ha aprobado «promover la discontinuidad de la producción de sus centrales térmicas de carbón en la Península, de conformidad con los trámites y procedimientos legalmente establecidos, y evaluar opciones de futuro en dichos emplazamientos».

Asimismo, Endesa señaló que el valor neto contable, a fecha de hoy, del conjunto de centrales térmicas de carbón peninsular asciende a unos 1.300 millones de euros, incluyendo el importe estimado de la provisión para el desmantelamiento de estas centrales, cifra máxima a la que podría alcanzar el deterioro a registrar por el cierre de las plantas, aunque subrayó que no tendrá impacto en su política de dividendos.

A finales del año pasado, el grupo dirigido por José Bogas ya presentó la solicitud formal de cierre para sus centrales de carbón de Compostilla (León) y Andorra (Teruel), tras decidir no abordar las inversiones necesarias para que estas plantas cumplieran con los nuevos límites de emisiones establecidos por la Unión Europea que entrarán en vigor el 30 de junio de 2020.

LA POLÍTICA MIRA A ENDESA

Una vez comunicada la situación por parte de Endesa, que ha sabido aprovechar muy bien los tiempos políticos de incertidumbre que vive España, diferentes dirigentes de ámbitos regional y estatal se han puesto el parapeto de salvadores.

Por ejemplo, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha convocado para la próxima semana a una reunión a los trabajadores de las centrales, los agentes locales y la empresa para conocer la situación, valorar los posibles escenarios y estudiar los pasos a seguir.

Así lo ha avanzando el Ministerio para la Transición Ecológica en un comunicado, tras el anuncio por parte del Consejo de Administración de Endesa de que la compañía cerrará la actividad en sus centrales térmicas de carbón en la península. El departamento que dirige Ribera ha trasladado así que sigue «con mucha atención» esta decisión conocida en la tarde de este viernes y que en la reunión de la próxima semana el Ministerio intentará conocer la situación «de primera mano», con el fin de estudiar los actuaciones necesarias.

Pero no ha sido la única. Uno de los hombres fuertes del Partido Popular en estos momentos, el gallego Alberto Núñez Feijóo, se ha autoproclamado salvador de las familias afectadas. Así, ha reclamado este viernes, según recoge Europa Press, que «todas las fuerzas políticas» hagan un frente común para defender los puestos de trabajo en la térmica de As Pontes, donde ha reivindicado la inversión de 200 millones por parte de Endesa para adecuarla a las exigencias de la UE. «No vamos a aceptar que se cierre una central que está cumpliendo en emisiones».

Antes de participar en un acto en Mondariz, y a preguntas de los medios sobre el anuncio de Endesa de acelerar el cierre de la térmica pontesa, el jefe del Ejecutivo gallego ha expresado su «preocupación máxima». «Estábamos advirtiendo desde hace tiempo que era necesario reunirse la Administración del Estado, la Xunta, las organizaciones sindicales y la empresa para evitar una decisión que acaba de ser comunicada», ha lamentado Núñez Feijóo, que ha recordado que detrás de esta central hay «700 familias», la mitad de los tráficos del puerto de Ferrol y «un impacto durísimo a toda la comarca de ferrolterra».


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