La mentira de la conciencia ambiental de las aseguradoras

“Somos un referente en materia de cuidado y respeto al medio ambiente”, dicen desde Mutua Madrileña. Por ejemplo, trece de sus edificios (que suponen el 85% de la energía que gestionan) están certificados por la norma de gestión energética ISO 50001. En el caso de Mapfre, 35 sedes están certificadas con la norma ISO 140001, y otras 17 sedes con la ISO 50001. Y, en AXA, su sede central en Madrid tiene el sello Leed Platinum, es decir, la certificación más alta en eficiencia energética. Medallas ‘medioambientales’ que no dudan en colgarse otras aseguradoras.

Son sólo tres casos de cómo las aseguradoras están poniendo su particular granito de arena para ser más eficiente en materia medioambiental y luchar, así, contra el cambio climático. Pero, por desgracia, no son legión. Basta con echar un vistazo a la encuesta ‘Estamos Seguros sobre Responsabilidad Corporativa 2018-2019’ para ver que todavía les queda muchísimo camino por recorrer.

Si el 90,7% de las compañías encuestadas afirma, por ejemplo, que dispone de un código ético o de conducta, sólo el 58,4% reconoce la existencia de una política, guía, o pautas medioambientales. Pero todavía hay más datos que confirman la necesidad de ponerse las pilas: sólo el 52,8% (es decir, la mitad), admite que hace un consumo responsable de recursos y política de reciclado, mientras que un ínfimo 26,4% (una de cada cuatro) cuenta con certificación de sistemas de gestión energética.

Solo una de cada cuatro aseguradoras cuenta con certificación de sistemas de gestión energética y la mitad hace un consumo responsable de recursos

Eso sí, a muchas de ellas no les duelen prendas a la hora de decir que el 100% de las energías que consumen proceden de fuentes de energía renovables. ¿Realmente es posible contratar energía verde en su totalidad? La oferta, tanto por parte de comercializadoras como de cooperativas, está presente. Pero la electricidad, renovable o no, ‘camina’ por la misma red. No hay cables de energía verde y no verde.

¿Cómo funciona? El Operador del Mercado de Electricidad (OMIE) es el encargado de poner de acuerdo a vendedores y compradores de energía. Primero, ordena cada hora las ofertas de venta de los productores de menor a mayor precio. Después, hace lo propio con las ofertas de compra pero, en esta ocasión, de mayor a menor precio. Cuando ambas proposiciones se juntan, se establece el precio de una energía que incluirá todos los tipos de generación: hidráulica, nuclear, eólica, ciclos combinados…

¿Dónde está el truco para que las aseguradoras, y otras empresas, afirmen que su consumo procede en su totalidad de fuentes renovables? Según explica el asesor energético para empresas Grupo Ase, “las comercializadoras y cooperativas que ofrecen energía verde se apoyan en un certificado emitido por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que avala la garantía de origen de la energía que han adquirido a las productoras de energía (quienes, a su vez, acreditan el origen renovable de su producción)”. Y añade: “Si las comercializadoras o cooperativas adquieren la cantidad de energía renovable equivalente al total de lo que demandan sus consumidores, pueden decir, de acuerdo a esa certificación, que ofrecen energía 100% renovable”.

ASEGURADORAS Y LA RCS

Durante 2018, el sector asegurador destinó 112 millones de euros de Responsabilidad Corporativa y de Sostenibilidad. Son datos del informe ‘Estamos Seguros’. De hecho, el 85% de las compañías tienen en funcionamiento una política activa de este calado.

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¿Dónde destinan el dinero? Principalmente a mecenazgo cultural (26,4 millones), acción social (25,9 millones) y seguridad vial (12,3 millones). ¿Y a medio ambiente? Pues se trata de un apartado que está a cola, por detrás del patrocinio deportivo amateur o de la investigación y la formación, por ejemplo. Sólo 504.000 euros.

Cierto que cada vez nacen más iniciativas. ¿El último caso? Verti. Con cada póliza de auto que se contrate a través de este canal se repoblará una parte de la Sierre de Gredos en Ávila. Pero como dijo el poeta, “caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. Y queda mucho.