No grúas, no extranjeros. Esta es la fácil ecuación que se desprende de la falta de compra de viviendas de obra nueva por parte de los extranjeros. En el último año este dato ha alcanzado su mínimo histórico -un 17%-, frente al 61% que estas transacciones suponían en el año 2008. Un descenso de 44 puntos que representa la ‘expulsión’ del capital extranjero de España. Aunque la venta de viviendas de segunda mano salva esta gran evasión.
En España no se construye. Su parque de viviendas está envejecido y la gran mayoría de hogares supera la mayoría de edad. Estas es una realidad de difícil desmentido con los datos en la mano. Una realidad que no sólo afecta a los propios residentes en España, sino también a los extranjeros que buscan vivienda aquí. El mercado inmobiliario vuelve a repuntar, pero el capital extranjero se encuentra sin ladrillo nuevo para poder invertir. Por este motivo, el mercado que crece -y de qué manera- es el de la venta de pisos de segunda mano para extranjeros.
“Estos datos muestran que, a pesar del incremento de ventas a clientes extranjeros, la mayor parte de ellas han ido hacia la venta de viviendas usadas. Por ello, no debemos dejarnos seducir por los números generales. Si nos fijamos en los detalles, la realidad es que las compras por parte de clientes extranjeros de vivienda de obra nueva no ha crecido e incluso en algunos sitios ha bajado.”, afirma Alfredo Millá, CEO y fundador de Sonneil.
Datos del Ministerio de Fomento, revelan que el número de visados de obra nueva en las zonas de la costa española que más atraen al cliente extranjero ha crecido un 290% desde 2014. Sin embargo, el número de visados para nuevas viviendas emitidos en 2017 tan solo representa el 10% del número máximo de 165.514 visados alcanzados en 2006 a nivel nacional.
En este sentido, Sonneil, la proptech española especializada en la venta de segundas viviendas para clientes internacionales y nacionales, estima que este año se superará en más de un 30% el número de visados de Obra Nueva respecto al año pasado.
Alfredo Millá apunta que: “Desde luego no nos encontramos en una situación de “burbuja” como la de entonces pero debemos estar alerta. Es cierto que existe algo de euforia en relación a los precios del suelo y de las viviendas cuando la demanda real de vivienda de nueva construcción no ha crecido por el peso de la usada. El aumento de los visados de obra nueva está ralentizando el ritmo de ventas. Ya estamos observando que algunos promotores han bajado los precios de sus promociones y sus previsiones de venta de segunda residencia. Nos encontramos en una situación en la que la oferta de segunda residencia, pese a que la compraventa de viviendas por parte de extranjeros en nuestro país crece año tras año, puede llegar a exceder la demanda.”