viernes, 13 diciembre 2024

La energía renovable, un caramelo para los inversores

Un valor seguro, con alta rentabilidad y proyección de futuro. La energía renovable será parte esencial (y principal) en el mix energético de todos los países dentro de muy poco. Por lo tanto, esta necesidad es la que abre el apetito inversor en los mercados.

No obstante, también hay que reseñar que hasta ahora, como ha sucedido en el caso español, se ha tratado de una inversión sin un marco legal estable. Sobre todo, como se ha visto a cuenta de las primas a las renovables, que la retroactividad legislativa ha dejado desamparados a muchos inversores -pequeños y grandes- y ahora se pagan las consecuencias.

Pero quizá ha llegado de la hora de dejar todo eso atrás, y apostar por la energía renovable con cabeza. Entre otras cosas porque las alternativas tampoco ofrecen nada mejor. Si atendemos a los resultados del segundo trimestre financiero en Estados Unidos, se reveló un mercado global volátil. El ‘Índice del Miedo’ (VIX), una medida popular de la volatilidad del mercado de valores, experimentó una subida del 81%. Por su parte, el índice de rendimiento total de Bloomberg fluctuó entre 161 y 185,5 en el último período anual (2017-2018), lo que demuestra la volatilidad de los productos tradicionales.

De este modo, según datos aportados por la multinacional de gestión de activos energéticos Kaiserwetter, los inversores deben alejarse de las inversiones habituales como el oro, la deuda soberana y el crudo; y, en su lugar, recurrir al sector de las renovables como nuevo valor seguro, de alta rentabilidad y con una proyección de futuro clara frente al impredecible clima financiero actual.

LA ENERGÍA RENOVABLE MUESTRA SUS BONDADES

Parece evidente que la energía renovable es un buen lugar para invertir, sobre todo porque todo lo demás asusta. Por ejemplo, los inversores mostraron su preocupación incluso por los gigantes FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Google), pese a su fuerte crecimiento durante el segundo trimestre. Esto es debido a temores sobre las prácticas en el uso de datos (caso Cambridge Analytica) y la reciente regulación (con el Reglamento General de Protección de Datos), así como al aumento de los costos.

También el sector de los combustibles fósiles, muy susceptible a los cambios políticos, ha recibido otro golpe. Estados Unidos se retiró recientemente del Plan de Acción Integral Conjunto, el acuerdo nuclear de Irán, y ha restablecido sanciones al país persa y a todos sus socios comerciales. En la semana tras el anuncio de los Estados Unidos, el precio del crudo Brent aumentó un 3% hasta los 80,50 dólares por barril, su precio más alto desde finales de 2014.

Por otro lado, el oro o la deuda soberana, siempre han sido la inversión más fiable en tiempos de incertidumbre, pero actualmente la energía renovable se ofrece no sólo como nuevo valor refugio, sino como uno muy rentable, según indican desde Kaiserwetter.

El índice Dow Jones de equipos de energía renovable presentó un aumento del 73% anual,  llegando al 100% de revalorización entre el 15 y el 29 de abril, frente a las diversas fluctuaciones del oro entre los 1.200 y los 1.300 dólares como muestra el índice GC1:COM.

Además, atraídos por la longevidad y el rendimiento constante, las grandes empresas de inversión están capitalizando el potencial de las energías renovables. En el último año, BlackRock, el administrador de activos más grande del mundo, ha reservado un fondo de 1.600 millones de dólares para activos de energía renovable, y al menos la mitad de esta suma ya se ha invertido en energías renovables. Este fondo de BlackRock presenta según Bloomberg, de hecho, una rentabilidad del 10,83% anual.

Bajo este contexto, la energía renovable, al menos en España, siguen mostrando un marco legal inestable. Más, cuando entre unos y otros quieren fijar unos objetivos (mínimos) para consumo, autoconsumo y producción.


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