Los errores de Mercadona más sonados

Mercadona es una de las principales cadenas de distribución del país. En el último año ha conseguido unos beneficios de 636 millones y facturaba cerca de 21.600 millones de euros.

Su historia es la historia del éxito más completo. De hecho ya superan en facturación y beneficio a gigantes históricos como El Corte Inglés. Un éxito rápido y apoteósico que choca con una cierta prepotencia empresarial a la hora de asumir fallos y errores y rectificarlos. Generalmente esto sucede de forma lenta.

Al éxito de los productos Hacendado le hacen sombra sus secciones de frescos, especialmente la lamentable charcutería y la floja carnicería. Pero aun a la frutería y la pescadería les queda mucho por mejorar.

No es oro todo lo que reluce. Ha sido una historia de grandes aciertos, pero también de sonoros tropiezos que recogemos a continuación. Estos son los fallos y polémicas que pusieron en riesgo una historia de éxito en España. Algunas están en vías de resolverse, otras parecen haberse enrocado y no tener -por ahora- una solución clara pese a las reclamaciones de los usuarios y consumidores.

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Carne de Mercadona

Aunque la bandeja sigue siendo elemento clave en la venta de carne de Mercadona, poco a poco se invierte la tendencia. «El punto de acabado» está disponible en los nuevos centros o en aquellos que se reformen este año. De hecho, este es uno de los puntos que encarecerá las tiendas a futuro, junto a otras reformas en distintas secciones; así como mejoras para que las tiendas sean ecoeficientes.

Ya no es raro encontrar carniceros en las tiendas, ni cortadores de jamón. Algo que se va a incrementar en los próximos meses con, por ejemplo, la potenciación de la llamada «sección» de horno  para todo el tema de bollería.

La realidad es que los frescos no son la fuerte de la cadena. Dentro de ellos el pescado se defiende algo mejor, pero la gestión de las carnes, la fruta y la charcutería es deficiente tirando demasiado de envasados y poco de productos frescos. Eso hace además que no tengan auténticos profesionales trabajando en esas secciones cara al cliente. Cómodo para vender, y mucho más barato, pero desde luego un error para fidelizar clientes a futuro. Cada vez más gente compra productos Hacendado, por precio y/o calidad, pero luego busca una carnicería, charcutería, fruteria o pescadería de confianza para los frescos. Un punto débil del supermercado de Juan Roig.