La compra del Banco Popular por el Banco Santander se convirtió en la operación del año. En apenas una tarde, el banco presidido por Ana Botín reforzó su posición dominante en España y se convirtió en la firma líder en Portugal. Aunque también, asumía un importante lastre en forma de morosidad, activos tóxicos y necesidad de incrementar capital.
La presentación de las cuentas del tercer trimestre de 2017 han sido los primeros con un espacio temporal suficiente para poder analizar la digestión del nuevo gigante. Sin ser sobresalientes, los primeros meses de matrimonio han sido “fructíferos para el Banco Santander en cuanto a resultados” destaca Antonio Sales, analista de XTB.
El beneficio del Banco Popular ha ascendido a 178 millones de euros
La firma dirigida por Botín ha mejorado en 635 millones, hasta los 12.252 millones, el margen bruto gracias a los datos del Banco Popular. Además, el beneficio del Banco Popular ha ascendido a 178 millones de euros, aunque ha tenido que asumir un coste atípico de 300 millones en forma de costes de integración, por lo que el resultado neto es de 122 millones negativos.
Pese a ello, el beneficio conjunto hubiera despegado en el trimestre en 216 millones de euros, cerca de un 12% más, si no fuera porque obviamente la entidad engullida tiene un agujero negro. La primera factura seria que ha pagado el Santander por la adquisición del Popular han sido los 515 millones que se ha aprovisionado para futuras deudas y cargas provenientes de la entidad adquirida.
La evolución del Banco Popular en manos del Santander sigue encaminada a recuperar el terreno perdido a lo largo de los meses que forzaron su caída. La noticia más importante es la recuperación de depósitos en el trimestre hasta los 69.842 millones, un 7,8%. La cifra de dinero recuperado por el Banco Popular supera los 10.000 millones, después de que el consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, asegurará tres meses atrás que ya había recuperado 6.500 millones. Pese a todo, los más de 10.000 millones solo es la mitad de lo que el banco perdió.
Por ejemplo, sigue perdiendo volumen de créditos a los clientes, en el tercer trimestre un 8,3% menos
Asimismo, el Banco Popular no ha evolucionado igual de bien en otras cuentas. Por ejemplo, sigue perdiendo volumen de créditos a los clientes, en el tercer trimestre un 8,3% menos. El volumen de activo fue un 1,3% inferior y el volumen de fondos de inversión o fondos de pensiones gestionados sigue con caídas.
Movimiento en los próximos meses
En los próximos meses el Banco Santander va a empezar a moverse de más manera más directa para digerir de la mejor manera la adquisición. El primer gran objetivo será deshacerse de la mayor parte de activos tóxicos –especialmente inmobiliario– que exigen fuertes amortizaciones. El primer paso ya se ha dado al contactar con el gigante Blackstone para venderle un 51% del ladrillo perteneciente al Banco Popular por más de 5.000 millones de euros. El acuerdo ya pactado se irá cerrando en los próximos meses.
“También será importante ver como entretejen ambas entidades sus matrices”, explica Sales. El Banco Santander tiene la difícil misión de generar con la llegada de la matriz de su ahora filial una economía de escala y sinergias que le permitan ahorrar costes.
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Además, otra parte importante en la evolución del maridaje de ambas firmas será su apartado legal. La sospecha de una compra fraudulenta sigue sobrevolando la operación y no son pocos los antiguos accionistas del Popular que siguen adelante en su pugna legal con la firma de Botín. Asimismo, el gigante bancario ya consiguió cerrar uno de los apartados más traumáticos de la adquisición gracias a que más de la mitad de los accionistas y bonistas de la entidad adquirida se suscribieron al bono de fidelización que lanzó a principios del mes de septiembre.
Por último, el gran tema pendiente, pese a que quedan más frentes abiertos como el acoplamiento de los negocios internacionales del Popular, es la reestructuración de plantilla y oficinas. El consejero delegado de la entidad ha asegurado que este proceso no se cerrará en 2019. Para ello deberán darse dos pasos a lo largo de estos próximos meses: el primero será la negociación con los sindicatos sobre el número de baja, que empezará a producirse “en las próximas semanas” ha asegurado Álvarez. Por otro lado, también será necesario llevar a cabo una integración tecnológica de las oficinas. Una vez finalizada ambas, se llevará a cabo el proceso de reestructuración.