Benjamin Katz para Bloomberg
Ryanair Holdings extenderá sus cancelaciones de vuelos hasta 2018 una vez que abandonó sus planes para comprar Alitalia y se enfrenta a una crisis marcada por la escasez de pilotos.
Después de cancelar abruptamente los vuelos a principios de septiembre, Ryanair dijo que operará 25 aviones menos de planeado a partir de noviembre y luego 10 menos desde abril. Eso supondría la cancelación de 18.000 vuelos reservados por unos 400.000 pasajeros, lo que supone que el total de afectados por este motivo alcanza las 715.000 personas.
Además, Ryanair ha informado a los administradores de la quiebra de Alitalia que se retira de la licitación para “eliminar toda distracción en la gestión”, indicó la compañía con sede en Dublín mediante un comunicado este miércoles. Evitar el riesgo y el coste asociados con la aerolínea italiana ayudó a impulsar las acciones de Ryanair, que aumentaron más desde noviembre.
Al cancelar más servicios, la aerolínea pretende cumplir con los cambios en las leyes laborales irlandesas que exigen que se apliquen vacaciones en nueve meses en 2017 para garantizar que no haya retrasos en 2018. Gracias a estos planes, crearán nuevos empleos, por lo que no habrá más cancelaciones a futuro.
A todos los pasajeros afectados por las cancelaciones se les ofreció un reacomodo en otro vuelo o un reembolso completo, señaló el presidente ejecutivo Michael O´Leary mediante un comunicado. El costo por los boletos cancelados asciende a 25 millones de euros, lo que suma el récord desde el inicio de la crisis a casi 50 millones de euros.
Perspectivas a futuro
Ryanair espera ver un ablandamiento en las tarifas durante los próximos dos meses, ya que ofrece una gama de ventas de asientos para recuperar a los pasajeros descontentos. Las low cost operan a un horario reducido en la temporada de invierno y la compañía suspenderá 11 rutas como parte del ajuste habitual. Siguen pronosticando un beneficio de 1.400 millone a 1.450 millones de euros en el año fiscal que termina el 31 de marzo.
El total de pasajeros bajará a 138 millones en 2018 de los 143 millones estimados inicialmente
En total, Ryanair espera volar con 129 millones de pasajeros en 2017, dos millones menos de lo que había planeado anteriormente, según el comunicado. El total de 2018 bajará a 138 millones de los 143 millones estimados inicialmente.
La aerolínea, que cuenta con 4.200 pilotos, respondió a Norwegian Air Shuttle por sus “falsas afirmaciones” sobre la pérdida de tripulación a sus rivales, diciendo que sólo 100 capitanes y 160 primeros oficiales han renunciado. Sin embargo, los cambios son un reconocimiento de que Ryanair estiraba sus operaciones, hasta entonces basadas en asientos baratos y puntualidad.
Nuevos reclutas
Para aliviar la tensión, O´Leary dijo que Ryanair ha contratado a 650 personas más para la cabina que se unirá durante los próximo ocho meses para pilotar 50 Boeing 737, que se unirá a la flota en mayo. El número de pilotos empleados por avión debería aumentar de 10,4 a 11 en los próximos 12 meses.
También se ha acordado un aumento de 10.000 euros para los capitales y 5.000 euros para los primeros oficiales en Dublín, Londres, Berlín y Frankfurt. Los aumentos, que entrarán en vigor a partir del 1 de octubre, se acordaron con representantes del personal durante la semana pasada, y la administración programará otras reuniones en otras bases durante los próximos meses.
Ryanair también disputo reclamaciones de una escasez de pilotos en toda la industria, manifestando que ha visto un incremento en las solicitudes de las antiguas tripulaciones de líneas aéreas del Golfo, así como de Alemania e Italia a raíz de las insolvencias de Alitalia y Air Berlin.
Sus acciones han subido 3,9%, el mayor salto desde el 7 de noviembre, lo que elevó sus ganancias al 18% en 2017 y subió la valoración de la compañía en 20.200 millones de euros.
Los cambios en el negocio ayudaron a tranquilizar a los inversores, explicó Mark Simpson, analista de Goodbody Stockbrokers, vía telefónica. “Ryanair elevó una respuesta claramente definida que debilita críticamente cualquier posición de negociación que sus pilotos podrían haber tenido”.