Anna Hirtenstein para Bloomberg
No es un secreto que los más grandes productores petroleros están entre los emisores corporativos más grandes de gases contaminantes. Lo que puede ser sorprendente es que han reducido sus gases de efecto invernadero año tras año, al participar activamente en una tendencia que ha arrastrado a la mayoría de los gigantes corporativos.
62 de las 100 compañías más grandes del mundo redujeron sus emisiones en forma anual entre 2010 y 2015, con un descenso general del 12% durante ese período, según un informe de Bloomberg New Energy Finances publicado durante una conferencia en Londres.
El hallazgo sugiere que las industrias más contaminantes han comenzado a combatir el cambio climático antes de que el presidente Donald Trump asumiera el cargo y apuntara al retiro de los Estados Unidos del Acuerdo de París para limitar las emisiones de combustibles fósiles.
Ahora, mientras las autoridades europeas dicen que la Casa Blanca puede reducir su compromiso del acuerdo firmado originalmente, el informe de Bloomberg New Energy FInance sugiere que la industria ha hecho su labor.
“No importa si Trump permanece en el Acuerdo de París; es irrelevante, ya que los estados y las grandes corporaciones avanzan con energía limpia”, sostuvo Peter Terium, director general de la alemana Innogy SE, al margen de la conferencia de Bloomberg New Energy Finance. “Estamos viendo que la energía renovable se hace más y más competitiva frente a los combustibles fósiles como el carbón”.
Las cinco compañías petroleras más grandes: Exxon Mobil, Royal Dutch Shell, Chevron Corp, BP y Total, colectivamente, redujeron su contaminación en un promedio de 13% entre 2010 y 2015, según el análisis. BP hizo el mayor trabajo al reducir sus emisiones en 25,5%. Exxon, el más grande, lo hizo en 14%.
El informe muestra un retroceso respecto a décadas anteriores, cuando las advertencias científicas sobre el cambio climático apenas aparecían, y las empresas detrás de las mayores emisiones presionaban para ignorar el problema. Con tormentas tropicales y huracanes del tamaño de Irma o de Sandy en 2012, la consciencia ha crecido, y las empresas, incluso en el negocio petrolero, han tomado medidas para controlar la contaminación y asociarse a una agenda verde.
La reducción registrada por las 100 principales empresas supone un ahorro de 70,7 millones de toneladas de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, casi tanto como lo emitido por Israel en un año. Debido a que los datos de emisiones tardan en compilarse, 2015 es el último año cubierto.
“Esto es un reflejo de la creciente presión de los accionistas, grupo de inversores y la sociedad civil para una mayor divulgación de las emisiones de gases de efecto invernadero, así como fijar objetivos de reducción”, observó Laura McIntyre-Brown, analista de Bloomberg New Energy Finance y autora del informe. “También hay una tendencia evidente de mayor divulgación de los datos entre las mayores compañías”.
Revisión petrolera
Exxon dijo que ha gastado cerca de 8.000 millones de dólares (6.700 millones de euros) desde el año 2000 para desplegar equipos de baja emisión de energía en sus operaciones y que lleva a cabo y apoya la investigación sobre tecnologías para hacer más recortes. Un funcionario de Shell dijo que su nuevo negocio está más centrado en “buenos proyectos” en lugar de cumplir con objetivos. Desde el departamento de prensa de Total señalaron que las cifras del informe de Bloomberg son “exactas”, mientras que BP y Chevron no respondieron inmediatamente a la solicitud de un comentario.
Las corporaciones en la encuesta de Bloomberg combinan un ingreso de más de 5 billones de dólares (4,20 billones de euros). Eso es más que el producto interno bruto de todos los países a excepción de los Estados Unidos y China, según datos del Banco Mundial. Ellos ejercen un poder inmenso sobre la economía global y tienen un impacto considerable en el medio ambiente, tanto a través de sus operaciones como de su influencia política.
Mientras que la industria redujo sus emisiones, los ingresos cayeron 26% en el mismo período
Si bien parte de la reducción de las grandes compañías petroleras se debe probablemente a la caída de los precios del petróleo que inició en 2014, llevando a una menor cantidad en la industria energética, las cinco mayores han promulgado política climáticas y de eficiencia.
Como el sector energético contamina más que cualquier otra industria, incluso las ganancias marginales tienen un impacto. Big Oil ahorró 56,7 millones de toneladas de gases de efecto invernadero entre 2010 y 2015. La cifra excluye a Chevron, que empezó a reportar en 2012.
Si bien se ha avanzado, aún no hay pruebas de que el negocio petrolero pueda romper el vínculo entre ingresos y la contaminación que emite, concluye el informe. Mientras que la industria redujo sus emisiones, los ingresos cayeron 26% en el mismo período.
Fuera de la industria energética, las compañías han logrado reducir sus emisiones al tiempo que suben sus ventas. Los ingresos de las 62 compañías incluidas en el informe apenas crecieron 1,2%, mientras que las emisiones cayeron 12%. En total, se evitaron 71 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero, mientras sus ventas se incrementaron en 61.000 millones de dólares (51.000 millones de euros).
“Si se piensa en la industria de petróleo y el gas, el uso de crudo para la combustión genera emisiones”, apuntó Rick Wheatley, vicepresidente ejecutivo de nuevo crecimiento en Xynteo, consultoría que asesora a Shell, Statoil ASA y Eni SpA en sostenibilidad y planificación a largo plazo. “Si la diversificación en otros tipos de energía está sobre la mesa, entonces es absolutamente posible desacoplar”.
La tendencia podría continuar después de que casi 200 países acordaron en París en el año 2015 limitar los combustibles fósiles, señaló Sean Kidney, director ejecutivo de Climate Bond Initiative, una organización que promueve bonos verdes que se usan para pagar proyectos ambientales.
“El Acuerdo de París ha sido extraordinariamente exitoso en el establecimiento de un nuevo consenso”, observó Kidney. “Hay una sensación de desarrollo y de certeza respecto a la influencia en la toma de decisiones en el sector corporativo”.