El flamante CEO de Coca-Cola, James Quincey, sigue inmerso en la renovación al completo de la compañía. Cree que la empresa de bebidas se siente demasiado cómoda en un mercado -el de las bebidas refrescantes- en el que hasta ahora era la reina. Sin embargo, los hábitos del consumidor han cambiado. Los azúcares pasan a un segundo plano, y el interés por bebidas más saludables es creciente. Algo que, de hecho, ya se nota en los resultados de la compañía: la Zero, los batidos de frutas y el agua son los reyes en ventas en lugar de la bebida tradicional.
Es el efecto de una transformación lenta y silenciosa que llevan a cabo los consumidores; pero que obliga a Coca-Cola a reinventarse. Un proceso en el que, el primer paso, es des invertir en las embotelladoras. Un proceso que, junto a la depreciación de las divisas en México y Brasil, han hecho que el beneficio neto haya caído hasta los 1.370 millones de dólares en el primer semestre del año. Una caída del 60% y del 16% en el caso de los ingresos hasta los 9.700 millones de euros.
¿Cuál es el perfil que busca Quincey?
Malos resultados, aunque «sólidos» para Quincey quien reconoce que lo importante ahora es acelerar el proceso de transformación. Para ello habrá un cambio de caras en los distintos puestos de la compañía. Y como él mismo reconoce, los nuevos líderes de Coca-Cola serán aquellos que sean capaces de responder y entender a una respuesta muy sencilla: «¿Por qué estamos cambiando?«.
Así se lo ha expuesto a los inversores, que andan preocupados por la evolución de la compañía de refrescos. De hecho, cree que el equipo que le acompañe debe tener una visión muy clara del negocio, pero que sean capaces de reconocer que «por llevar más de treinta años siendo líderes sabemos hacer mejor que nadie las cosas«. Así que pide a todos aquellos con puestos de responsabilidad que sean «curiosos» y sean capaces de vislumbrar y aprovechar las oportunidades que puedan plantearse.
Pero no sólo eso. Para hacer ese cambio estructural que Quincey desea para la empresa, reclama que tengan muchas habilidades para ser más competitivos. Así, considera que el ejecutivo ideal de Coca-Cola debe tener nuevas habilidades técnicas; con conocimiento del mercado y capaz de entender y conectar con el consumidor; con conocimientos de e-commerce y que sea capaz de trabajar en un entorno colaborativo. Una última cualidad que se enmarca en su deseo de que se empiecen a probar cosas nuevas; aunque eso suponga un error que luego haya que corregir.