Los ataques independentistas en Cataluña arrecian en octubre y diciembre, aunque descansan en agosto

En plena tormenta política en Cataluña tras la declaración de Artur Mas ante el Superior de Justicia por el referéndum independentista, hemos conocido un documento que recoge los ataques padecidos por aquellos que no defienden esas tesis. Se trata de un informe elaborado por la plataforma Catalunya somos todos, en el que se pone de relieve que los ataques pro independencia se dispararon en 2016 durante el mes de octubre -coincidiendo con el día de la Hispanidad- y diciembre -con la llegada del Gobierno Rajoy y el día de la Constitución-. Aunque lo más llamativo es que, este tipo de sucesos se frenan en agosto, mes en el que no se registró ni una sola agresión.

En total, más de 178 vulneraciones de la Ley en cerca de 60 ataques diferentes durante todo el año. O lo que es lo mismo, casi cinco ataques mensuales. Para la plataforma que ha efectuado el informe, estos datos vienen a corroborar que «demuestra que se trata de acciones perfectamente planificadas. No solo en contenidos y objetivos, sino también por lo que respecta al momento en el que deben ser ejecutadas», afirman.

LA plataforma denuncia que hay una doble cara del nacionalismo que oculta estos ataques

Según la documentación recogida por esta plataforma es Barcelona la provincia que más sucesos, cerca de 45, seguida de otros municipios como Hospitales del Llobregat, en donde «el independentismo no tiene la mayoría», explican. ¿Y cuáles son las principales agresiones cometidas? Las vulneraciones contra el Código Penal son las más habituales (76), seguida de la Constitución con 21 ocasiones y 11 artículos afectados.

De este modo, afirman los autores del documento, las distintas vulneraciones y ataques (todos registrados en la prensa, por lo que es posible que haya más de lo que aparecen), deja patente toda una estrategia planificada para «hacer sembrar el miedo» en Cataluña. A su juicio, el nacionalismo catalán actúa sobre una estrategia de cuatro pilares: el primero, la seguridad individual. Es decir, agresiones, daños contra la propiedad, impedir el derecho de reunión… Le sigue el institucional, en el que bajo el paraguas de querer celebrar un referéndum, apuesta por la desobediencia, la permisividad y la imposición de límites a la lengua española. Por ejemplo, con el caso de la rotulación en catalán y en español. O las trabas a la escolarización en castellano en los colegios.

el-constitucional-tumba-la-ley-de-consultas-y-declara-nulo-el-referendum-del-9-nEl tercer pilar al que afecta el nacionalismo está en el plano psicológico: amenazas, injurias y límites a la libertad de expresión. Por último, hay otro efecto simbólico, que es el de la quema de  banderas y fotos del Rey o la desaparición de enseñas relacionadas con España.

En definitiva, una doble cara institucional y oculta. La primera, que aboga por el victimismo, las sonrisas, lo que está por venir y más democracia; mientras que en la parte oculta encontramos amenaza, represión, prevaricación.