¿Cómo diferenciar un perfume verdadero de uno falso?

«Ya llegó la Navidad y los Reyes Magos corren por la ciudad con los regalos», rezaba un peculiar villancico sobre estas mágicas fechas. Y es que, si bien es cierto que los principios de estas festividades ahondan en un mensaje de paz, religión, amor y comprensión universal; la realidad se ha tornado en que nos encontramos ante unas fechas consumistas.

Y en este sentido, entre los regalos estrella, tenemos uno que no pasa nunca de moda: los perfumes. ¿Quién no ha regalado nunca o recibido como presente en estas fechas una dulce fragancia? Todos, pero hay que andarse con ojo, ya que las falsificación de este tipo de productos se ha multiplicado exponencialmente en los últimos años.

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Una situación a la que han contribuido las asociaciones de crimen organizado, la venta ambulante y también el e-commercemuchos de los productos que se adquieren por Internet no tienen un origen oficial.

Por ello, desde la a Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) tienen claro una serie de pasos que hay que seguir para distinguir entre un producto verdadero y uno falso.

Un perfume verdadero al agitarlo no debe crear espuma y mucho menos que no desaparezca

En primer lugar, hay que fijarse en el plástico del embalaje. Si al frotar hace ruido, nos encontramos ante un artículo falsificado. Esto se debe a que el pliegue es irregular y no está tenso, mientras que en un perfume verdadero esto no ocurre.

Por otro lado, un truco muy llamativo que destacan desde Stanpa es el hecho de que al agitar un bote de colonia falsa esta produce una especie de espuma que no desaparece -debido al alto contenido de agua disuelta en su composición-. «Agua por otro lado, que puede estar contaminada», advierten.

En tercer lugar, podemos fijarnos en la cánula -esa especie de tubo que baja desde la boca del frasco hasta el fondo del líquido-. En los perfumes de imitación nos encontramos ante un conducto mucho más largo de lo normal y que, además, suele dilatarse por los componentes utilizados en su fabricación.

«Este hecho suele ocurrir debido a que las cánulas utilizadas pueden ir para ese tipo de perfume o para otro. Por esa razón no se cortan con las medidas exactas, como sí ocurre en las lociones originales», admiten desde Stanpa.

Si el número de lote no aparece en la base del frasco te encuentras ante una falsificación

También se puede observar el cartonaje que recubre la fragancia. Las marcas dedicadas a este sector suelen crear envases fuertes que protegen el bote de cristal que contiene el líquido, mientras que en el caso de los timos estos suelen ser endebles. En el etiquetado, por su parte, es normal que falten referencias, el código de barras o el número del lote. 

Para terminar, existe un truco mágico que nos puede dar una idea sobre el origen fraudulento de uno de estos artículos. Y es que, «todos los productos deben indicar en la base del frasco su número de lote, si no aparece es porque es falso».

Riesgos para la salud

En cualquier caso, y dejando a un lado las terribles consecuencias económicas para el sector que tiene el desarrollo de este mercado ilegal de productos falsificados, desde la propia asociación recuerdan que «pueden poner en riesgo la salud de los usuarios«.

De hecho, los perfumes falsos cuentan con una composición química diferente a la de los auténticos y se han llegado a encontrar sustancias prohibidas en algunos de los mismos.

Por ejemplo, si las principales marcas hacen uso de etanol puro, sus imitadores «suelen utilizar alcohol industrial» y disolventes prohibidos -entre los que se encuentran los anticongelantes-.

«En cualquier caso, la información que se facilita al consumidor en un producto falso, como es de esperar, no es verdadera. Es decir, los supuestos productos e ingredientes utilizados en «, advierten desde Stanpa.