El férreo control de Vall Companys del negocio del jamón dispara los precios

Un año después de que Vall Companys se convirtiese en el grupo cárnico dominante del negocio de la carne de cerdo en España, los precios han subido más de un 40%. Fuentes consultadas por MERCA2 coinciden en señalar que la caída de Comapa, una de las principales operadoras de la comercialización de jamones a precios bajos, ha sido determinante para este repunte de precios.

Ni siquiera las importaciones de carne de cerdo por parte de China han conseguido impactar en la progresión ascendente de precios. China adquiere en España piezas no nobles del cerdo, mientras que las de mayor valor, destinadas a la producción de jamones y embutidos de alta calidad, se siguen comercializando exclusivamente en España.

La estrategia de precios a la baja que desarrollaba Comapa conseguía tensionar la cotización en origen de la carne de cerdo conteniendo su alza, algo que resultaba perjudicial para el negocio de Vall Companys, basado en la venta de animales vivos y carne en fresco. Desde que Comapa ha desaparecido del mercado, los precios de la carne de cerdo han subido y Vall se está haciendo de oro con este negocio.

LA TRASTIENDA DEL NEGOCIO: COMAPA TIRABA LOS PRECIOS

A comienzos de 2019, Vall Companys era el accionista de referencia de Comapa, que comercializaba más de cuatro millones de jamones al año en hipermercados de España. Entonces Comapa gozaba de su mejor contrato como proveedor de Carrefour. Por aquellas fechas, Vall no controlaba la gestión comercial de Comapa, que tenía al frente a Jaime y David Álvarez Fra.

Con una estrategia de tensionar a la baja los precios de la carne de cerdo en origen, Comapa podía proporcionar jamones y derivados a un precio muy competitivo que permitía a las cadenas comerciales, sobre todo a Carrefour, hacer ofertas muy atractivas a sus clientes.

Aunque la maniobra de Comapa chocaba de plano con los intereses de Vall, cuyo negocio es la venta de carne fresca de cerdo, con el agravante, además, de ser uno de los accionistas que controlaba la empresa que mantenía bajos los precios en origen, algo completamente inadmisible para sus propios intereses.

Si a la trama sumamos que Vall Companys era proveedor de Mercadona, incapaz en ese momento de competir con los precios bajos de los jamones que ofrecía Carrefour, el desenlace de la historia se vislumbra con más claridad.

Como era de esperar, la presión de Mercadona y el perjuicio a sus propios intereses derivado de los precios bajos en origen de la carne de cerdo impulsaron a Vall Companys, según las mismas fuentes, a “acabar con Comapa y expulsarla por completo del mercado”.

JAMONES “PODRIDOS” O “POLACOS”

Desde finales de 2018 y en los primeros meses de 2019, de forma sistemática, empezaron a aparecer en los medios de comunicación informaciones sobre “jamones podridos” o “jamones polacos” en las que, de alguna manera, se relacionaba directamente a Comapa o, en su defecto, a sus gestores comerciales con estas malas prácticas.

Esas mismas informaciones fueron las que dieron lugar a denuncias que, tras meses y meses de investigación, quedaron en nada, pero otorgaron el suficiente impulso y la excusa perfecta a Vall Companys como para desbancar a los hermanos Álvarez Fra de la gestión comercial de Comapa e iniciar el proceso de desmantelamiento de la compañía.

Comapa está en la actualidad en situación de liquidación después de que Vall Companys, también su principal acreedora, instara a la quiebra.

PRESIÓN CONSTANTE POR EL CONTROL

La presión de Vall Companys por controlar el mercado de la carne de cerdo ha sido constante. Evitar competencias que puedan impactar sobre los precios, ahora un 40% más altos que hace un año, es el objetivo del primer grupo cárnico español y segundo de Europa.

De hecho, iniciativas de otras empresas para comercializar jamones a precios competitivos han sido boicoteadas sistemáticamente con la difusión de informaciones y denuncias sobre “jamones robados” en las que también se ha intentado implicar a los antiguos gestores comerciales de Comapa. Estas denuncias, al igual que las anteriores, quedaron en papel mojado, sin que la investigación policial o judicial haya tomado medida alguna contra los supuestos acusados.

Fuentes del sector destacan el “férreo control que mantiene Vall Companys, ahora asociada a Mercadona, sobre todo el negocio de la carne de cerdo”, en el que no permiten ninguna injerencia de la competencia, -incluidos Carrefour o Dia-, que altere el nuevo sistema de precios establecido.