¿Debe temer la clase media la revolución de los robots?

La semana pasada una de las mentes más brillantes del planeta tierra, Stephen Hawking, hacía una reflexión alarmante en una columna de opinión en el diario británico, The Guardian. Este físico aseguraba que la Inteligencia Artificial (IA) será la encargada de terminar con las clases medias en el mundo, entre otras reflexiones.

Para el experto, esta situación –unida a otras causas de índole social y económico- estaría llevando al populismo a triunfar en todos los países occidentales del mundo. Sí, Hawking relaciona el triunfo de la robótica con la victoria de Donald Trump en Estados Unidos.

Desde luego, se trata de un mensaje casi apocalíptico, pero no ha sido la única voz crítica con la que muchos consideran la cuarta revolución industrial en el mundo. Hace algo menos de un año, era el director económico del Banco de Inglaterra, David Haldane, quien se ponía en lo peor y admitía que los robots podrían acabar con más de 15 millones de puestos de trabajo, solo en Reino Unido.

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El mundo imaginario de Star Wars, en el que los androides tienen un papel vital en la sociedad, puede convertirse en una realidad más cercana de lo que pensamos

“Las máquinas del siglo XX no sólo han sustituido las tareas humanas manuales, sino que también lo han hecho con las cognitivas.  De hecho, el conjunto de habilidades humanas que las máquinas pueden reproducir, a un menor coste, se ha ampliado y profundizado”, expresaba el economista británico en el escenario del Trades Union Congress.

En torno a 700 profesiones podrán ser realizadas por robots en los próximos 17 años

No se queda aquí la cosa. Parece ser que el temor que suscita este tema en las Islas Británicas –cuna de dos de las tres revoluciones industriales que hemos vivido hasta el momento a lo largo de la historia universal- es bastante fuerte. Hace unos años, en 2013, era la prestigiosa Universidad de Oxford quien analizaba el futuro que nos espera ante esta revolución.

Según se desprende de los datos facilitados –y sobre todo analizados-  por la institución académica, y que fueron sacados a la luz por el diario The Economist, en torno a 700 profesiones podrán ser sustituidas por robots en los próximos 20 años.

Más de 1.600 millones de empleos serían destruidos en todo el mundo y 140 carreras universitarias desaparecerían

Esta situación, llevaría a que se destruyan 1.600 millones de empleos a lo largo y ancho del mundo, sintiéndose los efectos devastadores de un mismo modo tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de serlo.

Un estudio más reciente, que salió a la luz a principios de año, admite que en el conjunto de la OCDE, el 57% de los trabajos totales se encuentran en una situación de riesgo ante los avances tecnológicos. En China, el riesgo se lanza hasta el 77% y en Estados Unidos hasta los 47 puntos porcentuales. 

¿Una nueva esperanza?

Sin embargo, la situación puede tener algún viso de esperanza y puede que dentro de toda esta información sobre un medio y largo plazo apocalíptico haya un rayo de sol que ilumine un paisaje oscuro. Tal vez, sólo haya que saber en qué dirección enfocar los estudios del futuro.

El último informe realizado por Ranstad España, Digitalización ¿crea o destruye empleos?, admite que en los próximos cinco años el saldo neto de empleo –restando los que se destruyen a los que se crean- será de 390.000 trabajos relacionados con el STEM tan solo en España; acrónimo de Science, Technology, Engineering & Mathematics.

A todos estos nuevos puestos, habría que sumarle otros 689.608 en los inducidos por los primeros y algo más de 167.532 indirectos. En total, 1,25 millones de nuevos puestos en nuestro país.

«Por primera vez se pueden sustituir actividades cualificadas y rutinarias por procesos maquinizados»

De hecho, el propio informe realizado por Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne en 2013 para Oxford, admitía que existían ciertas actividades humanas que nunca podrán ser sustituidas por un robot. Entre ellas se encuentran el pensamiento estratégico, las actividades artísticas o el pensamiento creativo.

Sin embargo, los propios autores de este informe realizado por el portal de empleo admiten que en esta revolución existe un elemento que no se había visto nunca antes: «Por primera vez, a diferencia del resto de revoluciones tecnológicas, se pueden sustituir por procesos maquinizados todas aquellas actividades cualificadas que presenten un patrón rutinario“. Se abre un futuro incierto para los trabajadores.