La pasta es ese plato al que recurrimos cuando no tenemos tiempo o ganas de hacer algo más elaborado. Basta echar los espaguetis o los macarrones en una olla, cocerla y mezclar con alguna salsa. Posiblemente haya sido lo primero que todos hemos cocinado la primera vez que nos pusimos delante de los fogones, junto con el huevo frito. Pero que todos seamos capaces de hacer pasta no significa que lo estemos haciendo bien. Cocer pasta tiene su truco si queremos que quede en su punto, con la textura perfecta, suelta, sabrosa y que adhiera bien los sabores de los ingredientes con los que la vamos a mezclar. Y para conseguir esto debemos dejar de cometer algunos errores demasiado habituales.
DATO CURIOSO
El origen de la pasta es algo incierto. Durante mucho tiempo circuló el mío de que fue el viajero Marco Polo quien, en su regreso a casa, se trajo de China unos fideos que parecieron tener éxito. Pero los historiadores dudan de esta explicación, principalmente porque se ha demostrado, contrastando crónicas y escritos, que el señor Polo era un poco mentirosillo y que probablemente ni siquiera hubiese pisado china y mucho menos comerciado con fideos. Otra teoría dice que la pasta la introdujeron los musulmanes cuando se asentaron en Sicilia, mucho antes de Marco Polo. Sea como sea, le damos las gracias a quien corresponda por darnos la oportunidad de disfrutar hoy de un buen palto de espaguettis o macarrones.

COCERLOS EN POCA AGUA O EN UNA OLLA PEQUEÑA
¿Te preguntas por qué tus espaguettis siempre te quedan pegados los unos a los otros? Pues he aquí la respuesta. La pasta hay que cocerla en mucha agua, más o menos 1 litro por cada 100 gramos. Cuando echamos la pasta en una cantidad insuficiente de agua, el hervor se pierde y tarda en recuperarse. La pasta comienza a apelmazarse por efecto de la fécula, que además hará que la textura de la pasta sea pegajosa. No vamos a ganar mucho más tiempo poniendo a hervir menos cantidad de agua y encima el resultado no será muy bueno.

NO PONER SAL AL AGUA
Otro error bastante común es no salar el agua para la cocción. Bien porque nos olvidamos o porque pensamos que es lo mismo que salar la pasta en el plato. Además se dice que si se echa sal en el agua esta tarda más en hervir, pero de nuevo las prisas no son buenas consejeras y estamos hablando de un margen de ¿2 minutos? La diferencia es notable, porque la pasta cocida en sal queda mucho más sabrosa, que una a la que le hemos añadido la sal a posteriori, incluso aunque la vayamos a mezclar con una buena salsa. La proporción recomendable es de 2 gramos de sal por cada litro de agua.

TIRAR EL AGUA DE LA COCCIÓN
Lo normal que hacemos todos cuando los espaguettis o los macarrones están cocidos, es volcarlos sobre un colador en el fregadero y vaciar completamente la olla. Pero una de las recomendaciones de los expertos en platos de pasta es que guardemos una parte de esta agua, una taza más o menos, y la reservemos para nuestra salsa. La fécula que queda en el líquido hace que la textura de la salsa sea más suave y cremosa, además de darle un punto de sabor, sutil pero delicioso.

ENJUAGAR LA PASTA CON AGUA FRÍA
Esto lo hacemos casi todos porque alguien nos dijo un día que al escurrir la pasta hay que enfriarla para cortar la cocción y que no se pase. Mentira. Si la enfriamos bajo un chorro de agua fría cambiaremos la textura de la pasta quedará resbaladiza, y no se impregnará tan bien con la salsa que vayamos a utilizar. Lo ideal es comer la pasta recién hecha de forma que lo que hay que hacer es escurrirla, servirla en los platos y cubrirla con la salsa caliente, el queso, etc.

COCER LA PASTA ANTES QUE LA SALSA
Como decíamos, la pasta tiene que comerse recién hecha, pero es frecuente que cuando vamos a preparar unos espaguettis o unos macarrones, empecemos a preparar la salsa y la pasta a la vez. Ponemos la pasta a cocer y mientras tanto hacemos la salsa, ¿verdad? Pues es otro error. La salsa tiene que estar ya preparada y reservada antes de que nos pongamos con la pasta.
