Con la crisis económica de la que parecíamos salir pero nos volvemos a meter, la inflación y sobre todo la guerra, con las terribles consecuencias no solo humanas sino económicas y energéticas, es más que nunca hora de informarse bien de cómo ahorrar lo más posible, sobre todo en energía y combustible. Y es que no hay que engañarse: esto no ha hecho nada más que empezar y lo que hoy nos parecen ya precios desbocados e inasumibles, en breve seguramente soñaremos con estos días en que tampoco era para tanto en comparación. Hoy nos centramos en la electricidad, de nuevo en máximos y en concreto en un elemento que se nos pasa desapercibido: las regletas. Veamos por qué son importantes y es mejor tenerlas apagadas cuando no se usen.
¿QUÉ SON LAS REGLETAS DE PROTECCIÓN?
Como su nombre indica, permite protegernos del sistema de alimentación y cortarlo cuando sea necesario. Es la parte más simple de otros sistemas más sofisticados como el SAI. No todos lo usan y menos para conectar al PC, utilizando regletas convencionales. Pero, ¿qué pasa si se sobrecarga? En principio no debería de ocurrir, aunque conectes tu PC, el monitor o monitores, y otros dispositivos como altavoces, impresoras, el router o incluso para cargar el teléfono móvil.
En principio las regletas convencionales soportan hasta 2.200 vatios, si bien depende del modelo y hablamos de potencia pico, es decir, que lo aguantan de forma puntual, no continuada. Por norma general, todas las regletas tienen en la parte inferior una etiqueta en la que te van a especificar, entre otras cosas, la potencia que soportan. Las hay por supuesto de mayor calidad, que soportan entre los 3.500 y los 4.800 vatios.
¿POR QUÉ APAGAR TUS REGLETAS?
Con lo visto lógicamente deberías apagar las regletas cuando no las uses para evitar sobrecargas, pero también para ahorrar. Y es que estos dispositivos generan lo que se llama el consumo fantasma, al igual que ocurre con el stand-by de los televisores, por ejemplo. No es mucho, igual unos euros al año, pero con las subidas brutales de la electricidad empezará a ser una cifra notable. Hay que rascar de lo que se pueda y esta es una de ellas. Se estima que el consumo fantasma supone entre un 7 y un 11% del consumo eléctrico de un hogar medio.
¿QUÉ PASA SI HAY SOBRECARGA EN LAS REGLETAS?
Cuando se produce una sobrecarga en una regleta, lo primero que podría pasar es que salten los plomos de tu casa, el sistema de protección de los automáticos de la vivienda. Generalmente, en un domicilio medio tenemos contratados 3,3 KW de potencia máxima (luego veremos si es la adecuada o no) y si sobrepasamos ese nivel, saltarán los plomos antes de que la regleta llegue a sobrecargarse por exceso de consumo. Pero no siempre es así y pueden darse casos graves como el de la imagen de ejemplo que os hemos puesto arriba, en el que la regleta literalmente sale ardiendo o se funde por el calor. Sin embargo, tranquilidad porque todo ello no debería dañar tu PC.
MEDIDAS A TOMAR CON LAS REGLETAS
Ante todo, utilizar regletas con interruptor, para poder apagar de forma sencilla un conjunto de aparatos que no necesitamos que estén conectados siempre, como pueda ser la impresora, la minicadena, las videoconsolas.
Por otro lado, usa temporizadores para desconectar automáticamente aparatos que no utilicemos de noche, como pueda ser el termo eléctrico, la televisión, así como las impresoras, minicadenas y videoconsolas que rara vez empleamos de madrugada.
AHORRA DINERO HACIENDO UNA LISTA
Pero las regletas es solo una batalla más de la guerra por ahorrar lo más posible en electricidad. Para empezar a ahorrar dinero en la factura de la luz es recomendable hacer en primer lugar una lista de gasto eléctrico. De esta manera, antes de empezar a aplicar medidas en tu hogar, es aconsejable ser consciente de todos aquellos elementos de tu hogar que engrosan tu factura.
La forma más recomendable de hacerlo es añadir en la lista todo los equipos, de mayor a menor gasto, aunque se trata de una aproximación. Debes identificar todas las posibles fuentes de consumo de luz, de forma que puedas conocer dónde puedes ahorrar. Algunas de ellas son: estufas, aire acondicionado, televisores, videoconsolas, ordenadores, horno, microondas, las luces, etcétera.
CAMBIA TUS BOMBILLAS
Es quizá lo más vital como medida básica, una vez hecho lo anterior. La iluminación de tu casa en mayor o menor medida siempre aumentará el gasto, ya que es algo que siempre va a estar presente. Si quieres ahorrar en la factura de la electricidad es aconsejable que reduzcas el número de bombillas lo máximo posible. De esta manera, en lámparas de más de una bombilla puedes dejar solo una si te es suficiente, por ejemplo.
Por otro lado, es importante apostar siempre por bombillas LED. En la actualidad están disponibles a bajo precio e iluminan igual que las más tradicionales; y además lo hacen con un consumo muy inferior. De hecho, consumen entre un 70-80% menos que las incandescentes y un 30% que las fluorescentes. También tienen una mayor vida útil así que todo ventajas.
APROVECHA LA FACTURA NOCTURNA
Desde luego otro punto importante es revisar qué te ofrece tu compañía y qué la competencia. Es época de mirar una y otra vez comparadores de tarifas y ofertas, especialmente en electricidad. Además, con la guerra y la crisis energética, las compañías eléctricas ofrecen además tarifas planas, ya que tienen excedente de energía a los precios pasados en que los compraron y ahora pueden ser muy competitivos, y aún así ganar mucho más de lo imaginado.
De todas formas, lo más habitual es al menos contratar una tarifa nocturna, conocida como de discriminación horaria. Tiene un precio más barato, lo que te permitirá aprovechar estas horas en las que se paga menos. Además es recomendable que evites poner el lavavajillas o la lavadora en los horarios de sobremesa (14 a 17 horas) y de la cena (21 a 22 horas), ya que los precios son más caros en las tarifas por horas.
OJO CON LA POTENCIA CONTRATADA
Otro de los trucos que puede sutilizar para ahorrar dinero en la electricidad es cambiar la potencia contratada. Debes tener en cuenta que lo que pagas corresponde al consumo pero también a los impuestos y al importe por la potencia contratada. Esta última, en ocasiones, supone el 50% de la factura.
Esta potencia nos indica la que es posible consumir al mismo tiempo. Debes valorar si realmente estás utilizando toda la potencia contratada o si es posible reducir la potencia y que aún así se vean satisfechas tus necesidades de consumo. No obstante, hay que tener en cuenta que tanto subir como bajar la potencia contratada tiene un coste, pudiendo solo cambiarla una vez al año.